Ser DTI implica...
Un aumento de la competitividad, gracias al mejor aprovechamiento de sus recursos turísticos y a la identificación y creación de otros.
Una mejora en la eficiencia de los procesos de producción y comercialización.
Un impulso al desarrollo sostenible del destino en sus tres vertientes: medioambiental, económica y sociocultural.
Una mejora de la calidad de la estancia de los visitantes y de la calidad de vida de los residentes.
Hacer de la estrategia turística la base para la dinamización económica del territorio, garantizando sus efectos positivos en el largo plazo. FUENTE: SEGITTUR - SECRETARÍA DE ESTADO DE TURISMO DE ESPAÑA