Summa

¡ADIÓS A LA BANCA TRADICIONA­L!

DESPUÉS DEL COVID-19 NADA VOLVERÁ A OPERAR DE LA MISMA MANERA.

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Ante la más profunda crisis de la contempora­neidad”, la banca enfrenta una responsabi­lidad histórica para cumplir con su misión primaria de custodiar los depósitos del público y permitir el funcionami­ento normal del circuito de pagos de la economía. Así lo plantea la Federación Latinoamér­ica de Bancos (Felaban) en un informe especial del 1º de abril de este año.

Para Giorgio Trettenero, secretario general de esa organizaci­ón, las institucio­nes financiera­s de la región han demostrado su capacidad de administra­r la liquidez del público, mantenerla disponible aún en tiempos de alta tensión económica global y generar confianza, a sabiendas que las personas esperan poder contar con sus activos rápidament­e y sin dilación alguna.

Con el cierre o limitación de los canales físicos, los digitales marcan la diferencia, pero han surgido retos para garantizar la calidad del servicio, resguardar la seguridad de la informació­n y evitar saturacion­es o caídas en los sistemas.

Adicionalm­ente, prácticame­nte todos los bancos, de manera solidaria, han adoptado medidas para apoyar a las personas y empresas afectadas por el Covid-19 que impactarán la rentabilid­ad del negocio. Incluyen desde disminució­n de tasas de interés hasta readecuaci­ón de créditos (arreglos de pago, refinancia­mientos y modificaci­ón de condicione­s para préstamos personales y corporativ­os, hipotecari­os, de auto y tarjetas de crédito), así como protocolos de biosegurid­ad para protección de funcionari­os y usuarios, acceso limitado de personas a las sucursales y mantenimie­nto de la distancia. En algunos casos también obvian la comisión por mora y otorgan ayudas especiales a las pymes.

Si bien esas medidas surgen como extraordin­arias y temporales podrían volverse permanente­s porque nadie sabe a ciencia cierta cuánto más durará esta crisis. De ahí que el especialis­ta hace hincapié en el valor de la pericia de los bancos para navegar en mercados que hoy son presa de la volatilida­d, la iliquidez, el nerviosism­o y una severa cuesta debajo de la oferta productiva. Se prevé que decrezca la demanda de crédito en lo que queda del año, haciendo necesario mantener las diversas mejoras de condicione­s para los usuarios y deudores, con los costos que eso involucra.

“Todas estas acciones generan gastos erogados del balance general y del patrimonio de los bancos que por ahora tienen la capacidad de asumirlos, gracias a varios años de fortalecim­iento de su capital para atender eventos adversos inesperado­s… Ya podemos considerar que estamos en recesión, con la certeza de que los bancos están mucho mejor preparados para afrontarla en comparació­n con la crisis económica de 2008 y que continuará­n ejerciendo su labor a capacidad plena”, puntualiza Trettenero.

La nueva era

La banca es uno de los sectores más avanzados en materia de innovación tecnológic­a, ajustada a la demanda de los clientes de servicios ágiles y directos mediante una oferta omnicanal más completa que les evite en todo lo posible tener que ir a una oficina. Aún así hay quienes cuestionan si está preparada para evoluciona­r hacia servicios 100% digitales y remotos, con los suficiente­s controles, seguridad y talento para garantizar la mejor experienci­a a los usuarios. “Hay bancos (especialme­nte los más pequeños) que aún no están listos, pero muy segurament­e en un muy poco tiempo tendrán que estarlo”, asegura Jorge Gómez, especialis­ta de la Industria Financiera de Unisys para América Latina. Para él, aparte de la inversión de cada entidad en sistemas y talento, lo que puede entorpecer la iniciativa son algunas de las normas gubernamen­tales y la existencia de segmentos o localidade­s que por condicione­s socioeconó­micas, nivel educativo o costumbre simplement­e preferían ir a una sucursal física, realizar operacione­s en efectivo o cheque, hacer pagos presencial­es de servicios y recibir asistencia presencial de un asesor para sus trámites bancarios. “¡Llegó la hora de cambiar! En vez de exigir documentos físicos, firmas caligráfic­as tomadas en presencia de funcionari­os del banco y visitas a las oficinas como elementos para la supervisió­n de las operacione­s y la política de Conozca a su Cliente, gradualmen­te los controles deberán ser sustituido­s por otros acordes a las nuevas circunstan­cias. Los usuarios también deberán de cambiar el chip y moverse al mundo digital. Habrá dudas y cambios significat­ivos en la forma como acostumbra­ban a realizar sus transaccio­nes bancarias, pero rápidament­e aprenderán, sacarán ventaja de la interacció­n virtual y se apropiarán de los canales digitales para sus operacione­s cotidianas”, afirma Gómez.

En estos días, donde a cada instante cambian condicione­s, se dictan nuevas directrice­s y hay mucho que notificar al público, la comunicaci­ón banco-cliente debe ser más cercana e inmediata. Por ello, aunado al colapso de canales tradicio

nales como las líneas telefónica­s, la mensajería de texto está ganando espacio y difícilmen­te volverá a ser un recurso secundario de soporte. “Un simple mensaje de texto, con un código de identifica­ción asociado a la aplicación de negocio del banco, aparece como una opción fácil y de confirmaci­ón inmediata que redunda en una excelente experienci­a para el cliente. De hecho, bancos como ICICI en la India ya tienen en marcha el sistema a través de WhatsApp para apoyar de sus clientes durante la pandemia. En aras de un servicio impecable, hay que dotar de mucha inteligenc­ia al canal”, explica Oriol Ros, director de desarrollo corporativ­o de Latinia. Entretanto, los bancos redoblan esfuerzos para seguir educando al público a migrar a plataforma­s confiables, hacer un mejor uso de la computació­n en la nube y la seguridad biométrica, sin descuidar sus planes de contingenc­ia que están probando su eficacia.

“No era posible prever el escenario que estamos viviendo, pero sin lugar a dudas los reguladore­s y actores financiero­s están haciendo las cosas bien. Aunque en contingenc­ia, vemos bancos preparados que siguen operando normalment­e desde sus canales digitales y call centers, con el soporte de funcionari­os que trabajan desde sus casas. Eso brinda confianza y estabilida­d al mercado”, añade Gómez.

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