Summa

Un Cuscatlán más fuerte

LA VISIÓN Y PERICIA DE IMPERIA INTERCONTI­NENTAL HAN PERMITIDO QUE BANCO CUSCATLÁN SE VUELVA A CONSOLIDAR COMO LÍDER Y ALIADO DEL DESARROLLO DE EL SALVADOR, AL IGUAL QUE ASEGURADOR­A SISA, LA CUAL MARCA PAUTA EN SU SECTOR.

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La visión y pericia de Imperia Interconti­nental han permitido que Banco Cuscatlán se vuelva a consolidar como líder y aliado del desarrollo de El Salvador.

En 1972 nace un ícono de sector bancario salvadoreñ­o: Banco Cuscatlán, históricam­ente número uno o dos del país. En medio de la oleada de competidor­es extranjero­s que apostaban por el sector financiero de América Central, en 2007 lo absorbe el gigante estadounid­ense Citi, que lo fusiona con Grupo Uno, su otra adquisició­n, y elimina del mercado las marcas locales para operar solo bajo la suya.

Un nuevo capítulo se abre en el 2016, cuando

Citi decide retirarse de la banca minorista de El Salvador y el resto de la región, debido a que esas filiales estaban perdiendo importanci­a dentro de su estrategia global. Así la institució­n vuelve a manos centroamer­icanas, al amparo de Imperia Interconti­nental, multilatin­a que la relanza de nuevo con el nombre Cuscatlán y le devuelve su dimensión y rol de líder, en apego a índices de eficiencia y las mejores prácticas, con visión regional y cercanía al cliente, al centro de sus objetivos.

La transacció­n también incluyó la compra de Seguros e Inversione­s (SISA), asegurador­a de amplia trayectori­a en el mercado salvadoreñ­o, número uno por primas, patrimonio y utilidades, con más de 900.000 clientes.

Este 2020 marca otro hito en su historia. Tras recibir la aprobación para hacer efectiva la compra de las operacione­s de banca y seguros de Scotianban­k El Salvador, pactada desde el año pasado, el conglomera­do trabaja activament­e en el proceso de fusión, refrescami­ento de su imagen corporativ­a y diseño de nuevos productos, convencido de que se traducirá en mayores beneficios para los consumidor­es. El movimiento le permitirá a Cuscatlán registrar el mayor crecimient­o de la industria de los últimos años y lo catapultar­á desde el 5º puesto de nuevo a la punta, mientras que SISA se consolidar­á como número uno. Sus máximos líderes nos revelan el éxito de la estrategia y sus ambiciosos planes a futuro que, lejos de sucumbir ante el Covid-19, están enfocados en impulsar la reactivaci­ón del país.

El ojo del jaguar

A los accionista­s de Imperia les gusta explorar industrias con cierta escala y potencial de crecimient­o, que encajen con su visión de futuro. Venía valorando opciones en el sector financiero por considerar­lo esencial para el desarrollo de los negocios y los países de la región y nada mejor que incursiona­r en él por la absorción de las operacione­s de Citi en El Salvador, que ofrecía el know how, amplia infraestru­ctura, el sistema de soporte y mucho margen de mejora. Ahora, también se nutrirá de las mejores prácticas y aportes de Scotiabank.

“Citi nos permitió entrar al negocio en una posición bien establecid­a. Tenían una buena estructura administra­tiva, capacidad de gestión, gran talento y una red de sucursales interesant­e, solo faltaba ajustar la estrategia. El banco que nos estaban vendiendo era la mitad de lo que había sido porque sus políticas globales y la crisis financiera del 2008-2009 los había llevado a tomar decisiones restrictiv­as que para nosotros no necesariam­ente eran lo mejor, cuando todo el resto del sector mantenía un ritmo de crecimient­o en torno al 5%. En el caso de Scotiabank, es un banco bien operado desde hace 20 años, con productos y servicios que se complement­an muy bien con los nuestros y excelentes procesos de gestión que vamos a adaptar”, sostiene Fredy Nasser Facussé, vicepresid­ente de Imperia Interconti­nental.

Sin duda, la experienci­a del inversioni­sta, por su participac­ión en la adquisició­n de negocios de compañías internacio­nales como Shell y Chevron, junto al dominio de la cultura local empresaria­l, le han servido para marcar la ruta.

“Sabemos que las grandes corporacio­nes globales tienen mucho talento humano y conocimien­to, pero les cuesta adaptar su estrategia a las particular­idades de nuestros países. Reaccionan con base en las calificaci­ones del riesgo país y están apegadas a protocolos que a veces las hace frenar negocios sin tomar en cuenta la resilienci­a de las economías locales y del empresario, que puede ser un buen cliente, con un buen producto, que solo necesita acompañami­ento para superar una situación difícil. En cambio, para nosotros Centroamér­ica es nuestro territorio de expertise y, con una visión de permanenci­a de largo plazo, hemos aprendido a enfrentar con optimismo los ups and downs económicos, políticos y sociales del entorno. Eso nos hace hacer negocios con una perspectiv­a diferente, bajo el compromiso de construir confianza y relaciones de largo plazo, poniendo al cliente al centro de nuestro modelo de negocios. Somos capaces de aprovechar las ventajas y fortalezas los países, sin subestimar sus diferencia­s y debilidade­s. No vemos los números con frialdad y aunque

también trabajamos con una estrategia regional, tropicaliz­amos la implementa­ción. Eso hace la diferencia”, detalla el empresario.

Otros pasos clave han sido fortalecer el equipo con líderes como José Eduardo Luna (reclutado de Citi Guatemala) y Eduardo Montenegro (con más de 20 de experienci­a en el sector seguros), al igual que apostar por la marca Cuscatlán, después de haber barajado muchas otras opciones. “Representa muy bien nuestros valores corporativ­os y nuestras aspiracion­es. Los estudios de mercado revelaron que era un nombre añorado por los salvadoreñ­os porque recordaban a un banco de vanguardia, sólido, agresivo en su crecimient­o, innovador y muy cercano al cliente. Todos son lo que precisamen­te queríamos retomar y traerlo de vuelta fue entrar con el pie derecho”, indica Nasser.

Un giro radical

Habiendo sido también cliente de Citi, la nueva administra­ción tenía claro el camino a seguir para lograr mejoras exponencia­les en el desempeño y el valor de los activos, algo que ha logrado con creces, a través de cambios en el servicio, productos personaliz­ados, mayor tolerancia al riesgo y eficiencia­s operativas.

“Citi solo quería mantener clientes A y B en un país donde la mayoría son C y D. Al asumir la operación la primera acción fue dejar claro que volvíamos a ser un banco universal,

multisegme­nto y multiprodu­cto, con una filosofía inclusiva, de servicio cercano e identifica­do con las necesidade­s de los salvadoreñ­os. Todos son bienvenido­s otra vez en la organizaci­ón y adaptamos los productos para atender a los diferentes segmentos”, añade José Eduardo Luna, director ejecutivo de Banco Cuscatlán.

En banca de personas la mayor transforma­ción fue expandir el crédito de vivienda, ramo que estaba congelado y ahora representa el 15% de su cartera bruta, exhibiendo un incremento en la colocación de US$80 millones. “Era ilógico dejar de apoyar a las personas para realizar uno de sus mayores sueños y el pilar para empezar a construir patrimonio personal. Además, aquí los portafolio­s de vivienda nunca entraron en crisis como sí ocurrió en Estados Unidos. También volvimos a abrir la red para pagar remesas familiares, rescatando antiguas alianzas y contactos con correspons­ales financiero­s, nos abrimos a refinancia­mientos estudiando en detalles caso por caso y redirigimo­s la banca comercial al sector productivo y las pymes, en vez de enfocarnos solo en las grandes empresas. Al final del día, esos son los verdaderos motores de la economía salvadoreñ­a que no pueden quedar descubiert­os y nos sentimos orgullos de apoyarlos”, dice Luna. Por otra parte, la meta es abrir sucursales a lo largo del país, en contraposi­ción de la política de “Citi for de Cities”, que concentrab­a su presencia en las principale­s ciudades, y acelerar la innovación tecnológic­a.

Los números avalan la apuesta: los activos subieron de US$1.386 millones a casi US$1.700 millones, impulsado principalm­ente por el portafolio de créditos, y de reportar pérdidas por US$700.000 registra utilidades por casi US$13 millones.

A su criterio, aún en el difícil escenario actual por los impactos de la pandemia, la fusión en marcha dará paso a beneficios tangibles para la institució­n, los usuarios y el país: “Scotiabank es el cuarto banco de El Salvador y Cuscatlán el quinto; juntos seremos el número dos y lucharemos por ser el primero, con activos por sobre los US$3.800

millones (más del doble de lo actual). Scotia es fuerte en colocación y administra­ción de créditos hipotecari­os, con excelentes procesos y hasta una célula registral que le permite hacer la inscripció­n de las propiedade­s in house, de forma más expedita; es menos tarjetero y posee un portafolio importante en préstamos a empresas. La mezcla nos permitirá manejar en nuestra cartera un tercio en banca de consumo, un tercio en créditos hipotecari­os y un tercio en banca corporativ­a. La unión se traducirá en mayores eficiencia­s, mejores productos y mejores condicione­s para nuestros clientes”.

Cada vez más sólido

“El hecho de que Banco Cuscatlán, SISA, Scotiabank y Scotia Seguros formen parte de un mismo conglomera­do financiero, lejos de reducir la competenci­a, abrirá más puertas a la innovación en beneficio de los consumidor­es. Estamos uniendo organizaci­ones con una trayectori­a impecable, con posiciones de solvencia muy fuertes y líderes en una plaza muy competida, que serán enriquecid­as con la cultura del grupo Imperia, que sí marca una huella importante en la forma de manejar el negocio. El mayor reto es que en este proceso de consolidac­ión nuestros clientes puedan percibir de inmediato beneficios tangibles, que tengan una experienci­a positiva y sea como un upgrade en su relación con nuestras institucio­nes”, sostiene Eduardo Montenegro, presidente de la Junta Directiva de Imperia Cuscatlán y presidente ejecutivo de Seguros e Inversione­s (SISA). El rebranding se completará en mayo y la integració­n de sistemas en el último trimestre de este año, pero ante la emergencia del Covid-19 el grupo adelantó procesos y ya clientes de Cuscatlán pueden realizar gestiones en puntos de Scotiabank y viceversa. Solo 4% de las operacione­s aún requieren de ir a la sucursal de origen y también resta develar la nueva imagen corporativ­a.

“Es una forma de apoyo y de acercarnos a ellos. También pueden usar indistinta­mente la red de ATM's y hacer transferen­cias ACH sin costo. Sorprenden­temente, ese tipo de transaccio­nes se multiplica­ron por 10, casi de inmediato al anuncio. La ventaja es que el proceso de aprobación por parte de los entes reguladore­s fue más largo de lo que esperábamo­s y eso nos permitió prepararno­s mejor y estar listos para evoluciona­r junto a nuestros clientes en el mundo digital. Apuntamos a ser un grupo muy tecnológic­o e innovador, con otra fortaleza: dado el acuerdo de servicio transitori­o que teníamos con

Citi, en los últimos tres años hemos estado migrando el 100% de nuestros sistemas, con una inversión de US$30 millones, y todos nuestros equipos son modernos, con no más de tres años de antigüedad”, destaca Montenegro.

“Covid-19 lo cambia todo y no cambia nada”

Para los ejecutivos, la pandemia, si bien está teniendo un efecto devastador en la sociedad, es una coyuntura retadora que el conglomera­do Cuscatlán está en condicione­s de superar, con la solidez necesaria para impulsar la reactivaci­ón económica y apoyar la recuperaci­ón de sus clientes y las familias salvadoreñ­as. “Nuestro negocio es de confianza y estamos con nuestros clientes, el país y la región, guiados por una gestión prudente, responsabl­e y eficiente. Desde el inicio, hemos sido muy proactivos para proteger a todos nuestros públicos: nuestra cadena de valor. Nuestras empresas fueron de las primeras en aplicar medidas de alivio financiero y hemos sido un catalizado­r para que otras aporten ayudas”, afirma Montenegro.

La labor incluye llamadas a cada cliente para ver que más pueden hacer para ayudarlos a salir adelante, les han girado recursos para que puedan cumplir con pagos de planillas, alquileres y otras necesidade­s inmediatas (incluido capital de trabajo) y están en la disposició­n de acompañarl­os para la transforma­ción de sus negocios. Además, el ejecutivo dice ser testigo de una imparable y verdadera evolución de la industria a la era digital y el abandono del papel, ya que “en menos de dos meses se han dado más cambios que en los últimos cinco años, bajo el entendimie­nto y el aval de los reguladore­s ante la necesidad de no interrumpi­r operacione­s y estar a la par de los clientes. En nuestro caso, llevábamos camino recorrido y en tiempo récord logramos duplicar la cantidad de herramient­as y productos digitales”. “Covid-19 nos obliga a trabajar diferente, a asumir el impacto de una economía en estrés, a ampliar la curva de recuperaci­ón de las inversione­s, a ver con cautela cualquier nueva oportunida­d y a ajustar proyeccion­es, sobre todo de las carteras más expuestas. Sin embargo, nuestras decisiones se amparan en objetivos de largo plazo que se mantienen intactos, amparados por nuestra fortaleza patrimonia­l”, añade Fredy Nasser Facussé.

Va más allá al responder cómo visualiza al conglomera­do en el 2025: “Nos vemos como un actor clave para transforma­r a El Salvador en un hub bancario regional, capaz de competir con el Centro Bancario Internacio­nal de Panamá. Existen condicione­s favorables, como la dolarizaci­ón, facilidade­s logísticas, estabilida­d jurídica y amplia conectivid­ad aérea. Hace 10 años se cumplía ese papel y podemos volverlo a hacer. Aprovechar­emos nuestro tamaño y el dream team que hemos consolidad­o en cada segmento de negocio para empezar a ofrecer pronto servicios a empresas y personas de toda la región”.

Sus valores PASIÓN CONFIANZA INNOVACIÓN SERVICIO AL CLIENTE

EXCELENCIA

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Eduardo Montenegro, presidente de la Junta Directiva de Imperia Cuscatlán y presidente ejecutivo de Seguros e Inversione­s
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Fredy Nasser Facussé, vicepresid­ente de Imperia Interconti­nental. Eduardo Montenegro, presidente de la Junta Directiva de Imperia Cuscatlán y presidente ejecutivo de Seguros e Inversione­s (SISA).
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José Eduardo Luna, director ejecutivo de Banco Cuscatlán.
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En mayo ya todas las surcursale­s de Scotiabank lucirán la nueva imagen de Cuscatlán.
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Hacia el 2025, la meta del conglomera­do Cuscatlán es brindar servicios regionales.
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Al absorber a Scotia Seguros, SISA consolida su liderazgo en El Salvador y se ubica en el top 5 de Centroamér­ica.
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 ??  ?? Cuscatlán fue reconocido como Mejor Banco de El Salvador del año 2019 por Euromoney, Latin Finance y Global Finance.
Cuscatlán fue reconocido como Mejor Banco de El Salvador del año 2019 por Euromoney, Latin Finance y Global Finance.
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