El beneficio de ayudar
La cultura es el alma de las organizaciones y la empresa social una evolución para que puedan adaptarse al nuevo contexto y crecer asegurando tanto el bienestar de sus grupos de interés (fuerza laboral, comunidad, clientes, proveedores) como su propio éxito y sostenibilidad. Es un ganar-ganar.
“La transparencia, la conciencia y la proactividad para resolver las desigualdades son los nuevos factores para medir a las empresas, hacerlas cercanas y llenar vacíos del liderazgo. Nuestros estudios indican que 31% de las compañías han hecho cambios en sus políticas de trabajo o de negocios en torno a problemas sociales, mientras que 64% de los colaboradores reconocen que sus organizaciones están implementando programas para escuchar sus preocupaciones y actuar en consecuencia”, destaca Cristina Cubero, directora regional de Consultoría en Capital Humano de Deloitte. Según explica, en la medida que las empresas logran impulsar vínculos y el crecimiento de sus grupos de interés, definen su marca, fortalecen su reputación y potencian su competitividad porque el mercado buscará hacer negocios con ellas y el talento le considerará como opción ideal.
Cuestión de foco
En el marco del COVID-19, las empresas líderes y solidarias han diversificado sus estrategias para preservar la salud y la vida, ser vehículos de conexión en un momento donde la colectividad la ha perdido y sostener el empleo, vía reinventar, redistribuir y capacitar a la fuerza laboral. También procuran mantener la motivación en medio de la incertidumbre y generar encadenamientos y sinergias entre proveedores y clientes para reinventarse. 11% de las noticias de COVID-19 publicadas en América Central están relacionadas al tema de Solidaridad Empresarial: +300 empresas de la región han realizado donaciones; predominan las de los sectores Financiero, Servicios y Alimentos y Bebidas. Los sectores de Transporte y Educación son los que menos han participado. Las empresas de Guatemala, Costa Rica y Panamá son las que han brindado más apoyo. Se identifica una gran diferencia con Nicaragua, el país con menos donaciones reportadas.
Las empresas con operaciones regionales han realizado donaciones en más de un país del área.
“Un gran grupo está en proceso de madurar su enfoque social, dejando de lado una visión de filantropía por un ADN estratégico social”, agrega Cubero.
Para Rebeca Knohr, presidenta de Coes Análisis de Medios, la crisis también debe ser vista como un espacio para transformar las buenas intenciones en acciones concretas, alineadas a una estrategia efectiva de Solidaridad Empresarial.
“A medida que las economías se reactiven, tendremos la opción de construir un mundo más próspero, equitativo y sostenible. Las empresas deben analizar cómo devolver y ayudar a la comunidad, encontrar aliados y establecer una línea de comunicación transparente y efectiva que a la vez brinde beneficios a su negocio principal. La forma en que actúen será recordada por décadas”, sentencia.
Similar criterio externa Saadia Zahidi, directora ejecutiva del Foro Económico Mundial: “La crisis ha arruinado vidas y medios de subsistencia y ha revelado deficiencias del pasado. Además de gestionar el impacto inmediato de la pandemia, los líderes deberán trabajar entre ellos y con todos los sectores de la sociedad para abordar los riesgos conocidos emergentes y crear resiliencia frente a lo desconocido. Nos encontramos ante una oportunidad única de hacer las cosas de manera diferente y reconstruir economías mejores, más sostenibles e inclusivas”.
En el camino se replantearán desde las amenazas cibernéticas hasta las cadenas de suministro y muchas de las estructuras en las que antes se confiaba.