Los dos grupos de países
LA PROTECCIÓN DE LA SALUD Y LA VIDA HA PASADO A SER UNA PRIORIDAD EN TODO EL MUNDO ANTE LA PANDEMIA QUE AFRONTAMOS Y LAS EMPRESAS DE LA REGIÓN HAN SIDO PROACTIVAS EN LA TOMA DE MEDIDAS PERTINENTES.
El Salvador y Costa Rica presentan los escenarios más difíciles (en especial El Salvador que este año puede cerrar con niveles de deuda cercanos al 92% del PIB). Ambos van a requerir ajustes fuertes respecto a su tendencia histórica en los resultados primarios. Por el otro lado, está el grupo de Panamá, Honduras y Guatemala, donde según Mora, “el asunto está menos complicado”. Panamá, por ejemplo, tiene a su favor las altas tasas de crecimiento que rondan el 5% durante los últimos años.
Sin embargo, los especialistas advierten que el panorama se agravará si no se hacen cambios estructurales para la post-pandemia, dado que en su conjunto la región registrará menor crecimiento económico, más desempleo, pobreza y desigualdad, mientras la ciudadanía exigirá respuestas incrementales de los Estados, a través de una mayor provisión de bienes y servicios públicos.
“El necesario incremento de los ingresos públicos debe hacerse en el marco de reformas fiscales integrales que incluyan mejoras en la transparencia y la lucha contra la corrupción, un gasto público planificado y ejecutado en función de resultados y una mayor participación social en la discusión sobre temas de impuestos y política fiscal”, afirma Castaneda.
El ICEFI también recomienda avanzar en programas para reducir la evasión y la elusión tributaria, eliminar privilegios fiscales sin justificación técnica y una mayor progresividad de la carga tributaria por medio de un tramo al impuesto sobre la renta de trabajadores en relación de dependencia con ingresos mayores a US$50.000 anuales y a las actividades lucrativas con ganancias superiores a los US$2 millones anuales. aumento en la misma para los siguientes años”, detalla el especialista.
Un ajuste temprano y fuerte en 2021, que implique grandes sacrificios, podría ayudar a que los países logren retornar a los niveles de endeudamiento que tenían en el 2019. Eso podría ser percibido por las calificadoras de riesgo como un compromiso serio de su parte para mejorar los indicadores de resultados primarios, con lo cual mejoraría la percepción de riesgo y llevaría a una menor tasa de interés que a su vez propiciaría un mayor crecimiento y repercutiría en una menor relación deuda PIB.
Definitivamente, el COVID-19 vino a transformar las industrias del mundo en distintos ámbitos. Los controles sanitarios ordinarios y la salud ocupacional son hoy una prioridad que más allá del análisis y del registro histórico de la condición física y padecimientos de las personas avanzan hacia una categorización inmediata de grupos de riesgo.
Para proteger a su personal y operar con niveles de riesgo bajo y controlado, todas las empresas que pueden han implementado al máximo el teletrabajo o sistemas híbridos (parte trabajo presencial y parte remoto). Para las labores en sitio, debieron poner en práctica una serie de protocolos de sanitización, control y mantenimiento
EN PANAMÁ OPERAN UNAS 19 EMPRESAS DEDICADAS A LA FABRICACIÓN DE MASCARILLAS (NO QUIRÚRGICAS) Y PRODUCTOS QUÍMICOS PARA LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN.
de las instalaciones, así como cambios en líneas de producción que garantizan la realización de las tareas en ambientes casi inocuos. Esto incluye un aseguramiento de procesos de ingreso, permanencia y retiro, enfocados en el control de las superficies, evitar focos de contaminación y dar trazabilidad a los equipos si se llegan a determinar casos sospechosos o confirmados de COVID-19. De acuerdo con Roberto Cordero, socio de la consultora EY y auditor de Sistemas de Gestión Ambiental y Prevención de Riesgos Laborales, será de gran valor en las organizaciones entender los principios de un nuevo liderazgo, que promueva el bienestar integral de los colaboradores.
“Principalmente en estos tiempos, es clave velar porque tengan una condición física y mental estable y balanceada, puesto que el sistema inmunológico humano se ve fuertemente afectado ante los riesgos, temores y debilidades presentes o que puedan desarrollar las personas”, sostiene.
Los protocolos que se deben implementar con proveedores y clientes también son de vital importancia por el impacto potencial en la operatividad de la empresa, ya que no se debe bajar la guardia cuando los colaboradores deben visitar las instalaciones, oficinas o comercios de esos socios estratégicos.
“En los procesos de fabricación de productos y al brindar servicios todo lo anterior es aún más contundente. Una falla en los controles de riesgo y atención del virus puede representar un alto en la operación, ya sea por una orden sanitaria de las autoridades de salud o la detección de algún enfermo o multiplicidad de contagios. Y el cierre temporal de una operación en marcha acarrea efectos económicos, laborales y productivos incalculables”, añade Cordero, quien además es abogado ambiental.
Esfuerzo regional
Desde que se reportaron los primeros casos de COVID-19 en el Istmo, las empresas iniciaron esfuerzos por su cuenta para