Los retos del protagonista actual de la productividad mundial
Tanto los gobiernos del área como el sector privado llevan años invirtiendo en infraestructura para mejorar la conectividad y las comunicaciones. El despliegue de los operadores, el nivel de fibra óptica y de cobertura de telefonía móvil hacen posible que ante la emergencia del COVID-19 la red soporte el mayor tráfico en internet originado por las labores remotas, las videoconferencias, los seminarios virtuales y los servicios en la nube.
Sin embargo, los especialistas instan a la comunidad a hacer un uso racional de ese tipo de recursos para evitar un colapso que pueda tener graves consecuencias en nivel económico, laboral y personal. El reto, no obstante, va más allá de la infraestructura física.
Jesús Sánchez, vicepresidente de Mercadeo de Open, afirma que para seguir operando los proveedores deberán contar con soluciones tecnológicas que les permita adaptarse a los retos que impone el mercado y la regulación de cada país, garantizando su sostenibilidad financiera. Con su software especializado, por ejemplo, pueden ampliar paquetes y servicios y generar planes de aplazamiento y refinanciamiento de deudas para mitigar el impacto en su flujo de caja, manteniendo la cadena de ingresos. Además, les permite afianzar sus canales virtuales para descongestionar los puntos de atención al público y garantizar el cumplimiento de una de las principales medidas para prevenir el COVID -19 y apoyar el distanciamiento social.
“El uso de portales de autogestión facilita a las compañías de telecomunicaciones soportar procesos de omnicanalidad y gestionar el servicio a sus clientes de forma eficiente, independiente de la plataforma de comunicación que ellos elijan. Integrar en un solo sistema toda la información del ciclo de negocio del cliente también permite trabajar con una visión holística, consistente y actualizada en tiempo real de todos los procesos, garantizando una experiencia superior y relevante” afirma Sánchez. perior en ALC (US$57) que en la OCDE (US$43). Es probable que la cifra refleje que la región está en proceso de costear infraestructuras básicas de telecomunicaciones que ya existen en los países desarrollados. Una vez más, las diferencias entre las subregiones son bastante importantes: US$62 en el Cono Sur, US$55 en Centroamérica, US$51 en los Países Andinos y US$9 en el Caribe.
“Desde esta óptica, las TIC se configuran no solo como una oportunidad económica, sino como un derecho clave para el bienestar de las personas. La creciente oferta permite soluciones a los problemas de desarrollo, gracias a una mayor interoperabilidad de dispositivos cada vez más avanzados, un acceso ubicuo a banda ancha que sigue creciendo y un aumento de la capacidad de procesadores para tratar grandes volúmenes de información. Todo esto hace que las herramientas digitales sean un instrumento cargado de oportunidades”, enfatiza Puig.
EN AMÉRICA LATINA, 54% DE LA POBLACIÓN AFIRMA HABER USADO INTERNET EN LOS ÚLTIMOS 12 MESES,
EN PROMEDIO.