Lecciones que ha dejado la pandemia
La principal lección es que muchas empresas no estaban preparadas para enfrentar un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). La pandemia fue un desencadenante para que muchas hicieran lo que venían postergando. La mayoría aprendió que debía capacitar a su fuerza de ventas para vender por medios no presenciales, a todo su personal para trabajar en remoto desde sus hogares –rompiendo la estructura de días y horarios de trabajo– y a sus directivos en liderazgo y motivación. También el valor de innovar y, lo más importante de todo, a reinventarse.
FUENTE: PABLO LÓPEZ LECCE, CONSULTOR INTERNACIONAL DE ADEN BUSINESS SCHOOL, Y MARGARITA MENDOZA, DIRECTORA DE LA CONSULTORA DIESTRA.
Capacidad de adaptación
La flexibilidad y adaptabilidad de los modelos de negocio se ha vuelto una condición básica en este entorno VUCA+I (volátil, incierto, complejo, ambiguo e interconectado, por sus siglas en inglés). Los cambios llegaron para quedarse, por lo que ya no basta con hacer el tradicional planeamiento estratégico a fin de año.
“Es importante pensar cómo debería funcionar la empresa de cara a lo que se viene y, sobre todo, pensar qué haría alguien si quisiera montarle competencia. Es decir, mirar el modelo de negocio como lo miraría un emprendedor de nueva generación”, destaca López Lecce.
Además de identificar y comprender los comportamientos que definen la realidad de nuestro tiempo, hay que entender qué otras demandas surgen de los nuevos hábitos para definir oportunidades a capitalizar.
“Monitorear de cerca los cambios en los patrones de comportamiento es y continuará siendo importante, sobre todo identificando los hábitos o prácticas que no son coyunturales sino transformaciones permanentes de la demanda”, agrega Mendoza.
Así lo han entendido un número importante de empresas de América Central, que reiteran su compromiso de largo plazo con la región, protegen a su talento y retan su ingenio para encontrar vías que permitan la recuperación económica y el desarrollo sostenible.