4 estrategias que se fortalecen
1 Redefinición del trabajo, bajo un enfoque de bienestar y equilibrio entre la vida laboral y personal. La coyuntura ha evidenciado la inadecuada definición de prioridades, falta de alineamiento de las políticas organizacionales con las expectativas y necesidades de las personas o la poca vinculación entre la propuesta de diseño del trabajo y los imperativos de bienestar.
2 Impulso del reskilling y upskilling. 41% de los ejecutivos afirma que el desarrollo de capacidades de la fuerza laboral a través de la mejora de habilidades, desarrollo de nuevas competencias y la movilidad son de las acciones más importantes que están ejecutando, con un enfoque no tradicional para empoderar y dar libertad a las personas de repensar y reimaginar. 3 Desarrollo de “súper equipos de trabajo” como unidades centrales de desempeño. Capacidades técnicas y operativas desarrolladas vía el reskilling o upskilling deben complementarse con habilitadores tecnológicos para potenciar las interrelaciones y elevar la heterogeneidad y diversidad de las personas que los conforman, lo cual aumenta las posibilidades de obtener mejores resultados.
4 Gestión diferenciada del trabajo y la fuerza laboral. Solo el 11% de las organizaciones cuentan con la capacidad para capturar y analizar información en tiempo real que permita un liderazgo comprometido e instruido para reaccionar y tomar las medidas necesarias para realizar el trabajo de la mejor forma y apoyar a su gente.
FUENTE: ENCUESTA DE TENDENCIAS GLOBALES DE CAPITAL HUMANO 2021 DE DELOITTE.