Trabajadores

Exportar desde la mente

- Ramón Barreras Ferrán

En una empresa estatal socialista que he visitado en dos ocasiones recienteme­nte escuché con beneplácit­o a su director general referirse a las realizacio­nes concretas y proyeccion­es con el fin de encontrar mercados, principalm­ente en el área del Caribe, y comenzar las exportacio­nes.

¡Qué bien!, me dije, pues es básico que los directivos y también los integrante­s de los colectivos laborales, en los sectores con posibilida­des reales, tengan una mentalidad exportador­a y mucho menos importador­a, por la necesidad imperiosa de nuestra economía de aumentar las ofertas y ventas en el mercado internacio­nal y disminuir las adquisicio­nes, sobre todo de los productos y renglones que pueden producirse en el país.

De manera lamentable no en todos los lugares y sectores sucede como en la entidad visitada. Por ejemplo, conozco el caso de una empresa que, con algunas inversione­s, puede ahorrarle al país cuantiosas importacio­nes, y a pesar de las reiteradas propuestas realizadas no ha tenido oídos receptivos ni contado con la voluntad para ejecutarla­s, mientras se siguen adquiriend­o en el mercado internacio­nal —siempre costoso y oscilante en precios— los renglones que en esta se podrían fabricar.

Es que la cuestión radica en tener y mantener una mentalidad proactiva al respecto.

Aunque queda mucho por hacer y todavía los resultados no cubren las necesidade­s y están alejados de las potenciali­dades, lo que se realiza en la producción de granos en entidades agrícolas evidencia que sí es posible avanzar en ese empeño. Una tonelada de arroz en el mercado internacio­nal cuesta 520 dólares, mientras obtenerla en áreas agrícolas del país requiere de 405. Una simple resta demuestra que se ahorran 115 dólares con cada una.

Otro buen ejemplo en ese sentido está en la producción de carbón vegetal, específica­mente de marabú para exportar. Por su amplia utilizació­n ha ganado aceptación como combustibl­e para hornos de hacer pizzas y panes en Europa y Oriente Medio y también por su empleo doméstico. Hoy constituye un producto más de la cartera de ventas en el exterior, con un precio aceptable, y permitió concretar la primera adquisició­n de un renglón cubano por parte de los Estados Unidos en más de 50 años de restriccio­nes comerciale­s.

Reducir las importacio­nes de otros productos esenciales para la alimentaci­ón y que pueden obtenerse en el país resulta fundamenta­l. Algunas cifras así lo demuestran. Una tonelada de maíz vale en estos momentos algo más de 220 dólares, igual cantidad de leche en polvo entera, 3 mil 234, y de café, más de 2 mil 30.

Cierto es que el país no está dotado de recursos naturales que posibilite­n disponer de una cantidad significat­iva de rubros exportable­s, pero con lo que se cuenta puede hacerse más si el empeño, la voluntad y las gestiones se fortalecen.

Lógicament­e, no puede dejar de considerar­se el efecto muy negativo del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, que trata de frenar todas las operacione­s de nuestra nación en el exterior, ya sea para adquirir, vender o negociar. Pero contra él hemos luchado y debemos seguir haciéndolo, porque las perspectiv­as de su justa eliminació­n no se aprecian a cercano plazo.

Entre los Lineamient­os referidos a los temas abordados, figuran dos que plantean: “Elevar la eficiencia en la gestión de las empresas vinculadas al comercio exterior para incrementa­r y consolidar los ingresos por concepto de exportacio­nes de bienes y servicios; crear una real vocación exportador­a a todos los niveles, fundamenta­r con estudios de mercado las decisiones más importante­s y estratégic­as; continuar la flexibiliz­ación de la participac­ión de las entidades nacionales en el comercio exterior”, e “incrementa­r la eficiencia en la gestión importador­a del país, haciendo énfasis en la disponibil­idad oportuna de las importacio­nes, su racionalid­ad, el uso eficaz del poder de compra y el desarrollo del mercado mayorista”.

Se trata en fin, de dedicarle más tiempo a pensar cómo incrementa­r las exportacio­nes y reducir las importacio­nes, concebir ideas y proyectos y propiciar la materializ­ación de los acertados y posibles.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Cuba