A su hija Hildita y a la tía Beatriz
Dos cartas enviadas desde África donde se encontraba visitando varios países al frente de una delegación cubana A su hija Hildita dirige esta misiva en febrero de 1965:
Mi querida: Cuando recibas estas notas, estaré en algún país africano y tú habrás cumplido tus nueve años.
Te mando este regalito para que lo lleves de recuerdo; no sé si te cabrá o te quedará grande, pero en alguno de los cinco deditos puede ir.
Tengo muchas ganas de verte. Ya llevo dos meses fuera y todo estará un poquito cambiado.
A ver si este año también eres alumna ejemplar para hacerme quedar bien, igual que a tu mamá.
Viejita, recibe un beso grandote y un abrazo muy fuerte de tu papá que te quiere. Saludos a todos por allí. Le escribe a su tía Beatriz el 8 de marzo de 1965 desde Egipto: Tiíta:
Desde Tebas, primera capital de los sueños, te manda un recuerdo este poeta que no hace poesía y se ha convertido en un digno burócrata de panza respetable y hábitos tan sedentarios que marcha nimbado de añoranzas de pantuflas y críos
(con la correspondiente fábrica, claro está). Un abrazo grande y recuerdo a las Hercilias y, quizás al Hercilito, del antiguo.
Tete
En: Un hombre bravo. Adys Cupull y Froilán González. Editorial San Luis, 1994