Estrellas importadas
Steve Mandanda custodia el arco. Presnel Kimpembe y Samuel Umtiti son los centrales. Recorren las bandas Mendy y Sidibé. Medular de lujo con Kante, Pogba y Tolisso. En punta Mbappé y Dembélé están más adelantados que el habilidoso Nabil Fekir. En este posible 11 mundialista de Francia para la Copa del Mundo de Fútbol Rusia 2018, todos los jugadores poseen una característica común: ninguno nació en territorio galo.
Los habitantes de las excolonias africanas arriban a sus antiguas metrópolis, y ciudadanos de Estados tercermundistas o en estado de guerra deciden probar suerte en magnas urbes. De esta situación se aprovechan las grandes potencias del balompié europeo en aras de engrosar sus nóminas, ya que la Federación Internacional de Fútbol Asociado posibilita a los jugadores con doble nacionalidad elegir que selección representar.
La mayoría se decanta por militar en los países del Viejo Continente. Pierre Emerick Aubameyang y Kevin Prince Boateng encarnarán en la venidera lid universal dos excepciones, pues prefirieron mover el balón con Gabón y Ghana en detrimento de Francia y Alemania, respectivamente.
En el caso específico de Les Bleus, 16 de los 23 convocados por Didier Deschamps son hijos de emigrantes o nacieron en otras tierras. Algunas de sus estrellas proceden de la República Democrática del Congo, Senegal y Camerún.
Precisamente de Kylian Mbappé, uno de su cracks, el diario español El País suscribió: “Genética y culturalmente Mbappé incorpora dos alternativas que lo elevan. El don de la comprensión del juego de los argelinos con la velocidad y la agilidad para el cambio de dirección repentino, típica cualidad de los futbolistas de Camerún”.
Por otra parte, el combinado suizo presentará 14 “adoptados” en Rusia. Debido a su política de neutralidad el país alberga gran cantidad de inmigrantes de naciones de varios continentes. Desde kosovares, croatas y macedonios hasta caboverdianos y angolanos defenderán los colores rojos y blancos. Tales son los casos de Xherdan Shaqiri, Granit Xhaka y Yohan Djourou, parte de la columna vertebral helvética. | Fabio M. Quintero Pérez, Fabio Valdés García y José Atanes, estudiantes de Periodismo