¡Salvad a Gaza! ¡Salvad a Palestina!
Día tras día, y a pesar del repudio de la comunidad internacional y de las resoluciones, alertas y llamados de Naciones Unidas, el Estado de Israel prosigue su sistemática limpieza étnica y el exterminio de la población palestina en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza.
Gaza es hoy el mejor ejemplo del genocidio que el ejército israelí perpetra en este desértico tramo de apenas 350 kilómetros cuadrados, donde en pobreza extrema se hacinan 2 millones de palestinos desde hace 11 años, cercados por aire, mar y tierra, expuestos a inhumanas carencias y terribles condiciones de vida.
El territorio es víctima de constantes bombardeos de la aviación, así como de la represión y el terrorismo israelí, que cobran la vida de niños, mujeres, ancianos y de todos aquellos que alzan sus voces y puños en la denominada Marcha del Retorno para defender inalienables derechos.
En Gaza permanecen abiertas aún las heridas y profundas huellas de la devastación provocada por la agresión militar israelí en julio del 2014, que causó la muerte a 2 mil 450 palestinos, de ellos 340 niños. También dejó más de 11 mil 500 heridos.
El estado de sitio, las restricciones sionistas y la total carencia de recursos económicos no han permitido la reconstrucción de la infraestructura civil arrasada en el 14 %, ni las más de 11 mil viviendas destruidas total o parcialmente. En iguales condiciones permanecen hospitales, postas sanitarias, escuelas, la universidad islámica, mezquitas, centros de energía eléctrica y de suministros de alimentos.
El martirologio de los habitantes de Gaza se incrementa ante la negativa de Tel Aviv de permitir la entrada de alimentos, combustibles, agua potable, suministros médicos, cemento, excavadoras y otros equipos de construcción.
Israel imposibilita, además, el libre tránsito y acceso a las fuentes de suministros a través del paso de Rafah, en la frontera con Egipto. De hecho Gaza se ha convertido en la prisión sionista a cielo abierto más grande del mundo.
Recientes reportes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, aseguran que los cortes de electricidad alcanzan de 12 a 16 horas diarias, mientras que el 97 % del agua —durante pocas horas llega a los pobladores a través de tuberías— no es apta para el consumo humano.
Cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) reportan que el desempleo entre los jóvenes sobrepasa el 60 % mientras que entre las mujeres alcanza el 64 %, en una población donde casi el 70 % depende de la ayuda humanitaria.
Al deterioro de esta situación ha contribuido también la decisión del presidente Donald Trump, protector incondicional de Israel, de recortar más de 200 millones de dólares de la ayuda financiera a la Franja de Gaza que proporcionaba Estados Unidos a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Esta acción ha sido entendida como otra de las presiones a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que retome las conversaciones de paz con Israel sin condicionamientos, diálogo que lleva estancado más de 20 años, pero esa posibilidad es rechazada por los palestinos que consideran, al igual que observadores internacionales, lo cercano de una nueva agresión militar israelí a gran escala en la Franja de Gaza.
La inefectividad de Naciones Unidas para evitar los asesinatos de palestinos a manos de las fuerzas israelíes y proteger sus derechos humanos, requieren una urgente movilización de la comunidad mundial. Hay que salvar no solo a Gaza, sino a toda Palestina de las horrendas masacres que nos remiten a los crímenes nazis contra la población judía en la Segunda Guerra Mundial.