¿Leña para un campeón?
Si alguna leña parece estar lista para arder como titular nacional en la temporada beisbolera proviene de Las Tunas. El pasado año estuvieron a punto de hacerlo en su propio bosque frente a los Alazanes de Granma; sin embargo, ahora lucen más sólidos, con más impulso y, sobre todo, con la inteligencia imprescindible para usar el hacha en función de un cetro jamás disfrutado por esa provincia desde que debutaran en 1977.
Pablo Civil sigue enseñando dotes de mánager aglutinador y estudioso del béisbol (mereció dirigir un equipo nacional a un evento internacional tras la plata de la 57 Serie Nacional); en tanto sus discípulos más aventajados siguen siendo Yosvani Alarcón, Danel Castro, Yuniesky Larduet, Jorge Jhonson, Andrés Quiala, Yoalkis Cruz y Yudier Rodríguez. Con ellos avanzó por tercera ocasión a la segunda fase, en la cual reforzó con jugadores de lujo: Alexander Ayala, Jorge Enrique Alomá, Yadián Martínez y Dariel Góngora.
Ofensiva feroz, pitcheo suficiente para la calidad de esta campaña y una defensa sobre la media del torneo (974 con 20 errores en esta segunda etapa) son cualidades que hacen al conjunto tunero tener casi reservados un asiento para la semifinal de enero, pues solo necesitan unas ocho victorias, lo cual no será difícil de continuar con el rendimiento actual.
A la leña tunera le afectan dos obstáculos salvables: impaciencia e indisciplina (la sanción a Yordanis Alarcón fue lamentable por el rol que desempeñaba en el elenco), atributos que traicionan la hora cero y que cuestan campeonatos. Su afición es de las mejores del país en cuanto a respaldo y conocimiento. Todavía en esta vive la remontada contra Industriales en la pasada edición y su sueño mayor es saltar sobre la grama del estadio Julio Antonio Mella con un éxito histórico.
Por supuesto, sería incompleto cualquier análisis si no hablamos del cuerpo de entrenadores que acompaña a Civil (con estrategias y metodologías de entrenamiento muy actualizadas), de una trayectoria imborrable que viene desde Ermidelio y Osmani Urrutia, y de los componentes psicológicos, familiares y motivacionales que muchas veces se subestiman en el deporte, pero que aquí andan bien arriba.
Quizás la cábala de que el equipo puntero en la segunda fase nunca es el monarca pueda caer ahora con Las Tunas. Por si acaso, les aconsejo a todos, gallos espirituanos, azucareros villaclareños y tigres avileños (leones industrialistas y cachorros holguineros se alejan peligrosamente de los play off) que preparen mucho fuego para quemar leña si quieren superar a la selección más estable del campeonato, que piensa en el título desde el primer día y ahora que lo tienen muy cerca no aspiran a dejarlo escapar.
El dolor de aplazar un Coloquio
La noticia, por inesperada, no dejó de ser dolorosamente cierta. A 48 horas de celebrarse el II Coloquio Museo y Salón de la Fama del Béisbol Cubano, la Federación Cubana de la disciplina y su dirección nacional se reunió con el grupo de trabajo organizador del evento y le informó su aplazamiento.
Las razones expuestas en la nota oficial emitida más tarde eran entendibles, comprensibles y ciertas también, solo que la metodología y el impacto volvieron a ser cuestionados, pues tras siete meses de labor, con decenas de discusiones y análisis, con mucha retroalimentación y motivación de las partes y, sobre todo, con una esperanza social de que volveríamos a tener nuevos exaltados en este recinto moral y espiritual, parecía una broma de mal gusto retrasar más tiempo algo que el béisbol cubano le debe a sus peloteros, a su afición y a la cultura nacional.