Al portuario hay que hablarle mirándolo de frente
Asegura Guanabacoa, secretario general del sindicato en el puerto de La Habana y delegado al XXI Congreso de la CTC
Habla con el dejo peculiar del “ambiente”. Nadie lo llama por Silverio. Todos lo conocen por Guanabacoa, desde que en 1976 se inició como estibador en el puerto de La Habana. Es dirigente sindical desde 1996, y dos años después comenzó a dirigir los destinos de la organización en un lugar al que muchos consideran “complicado”. Hoy se ufana por ser delegado al XXI Congreso de la CTC, “por representar a mis trabajadores”, asegura.
“Nada de bajo mundo. A los trabajadores del puerto hay que hablarles de frente, mirándoles a los ojos, sin inventar nada, sin prometer lo que tú no tienes. Usted no puede hacerse el ‘fino’ y tiene que tratarlos como son. Esa es la única forma de respetarlos, y yo los respeto. Si tú le dices algo mal, segurito que ellos te dicen: ‘oye, no sirvió’. Es que el portuario ‘te la tira por ahí’, como decimos aquí”.
Guanabacoa llama la atención en cualquier reunión sindical, del nivel que sea. Se hace respetar. Tiene la facultad de convencer, pues habla con apasionamiento, sin medias tintas. El sábado último se ganó el aplauso de los asistentes a la Conferencia Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en La Habana.
“La economía está perdiendo mucho dinero y nosotros dejamos de ganar un mayor salario; todo ello por asuntos que más tienen que ver con la organización. Fíjense ustedes que hoy la economía cubana tiene que erogar 12 o 13 millones de dólares al año por sobreestadía. No puede darse el caso de que arriben en un mismo momento más buques que los que podemos descargar.
“Si no podemos pagar, el barco no descarga y cobra por estadía. A lo que se unen las dificultades con el almacenaje. Por todo ello hay que profundizar en la planificación, en la organización y decirles con claridad a los trabajadores lo que hay.
“Miren, dijo, mucha gente cría puercos y dan cualquier cosa por una lata del subproducto de la harina, y en el puerto comenzaron a surgir nuevos ‘ninjas’. El Partido habló con nosotros y todos, los abakuá, los religiosos, los trabajadores, nos pusimos pa’las cosas y entre todos acabamos con el robo. Ese es mi colectivo de trabajo”.