Responde Ómnibus Nacionales a Vía crucis en
se preparó el 866, que no se encontraba planificado con su tripulación para ese turno”. El viajero merece mayor respeto. La empresa está en la obligación de prever circunstancias como la que dice que se presentó. Si paga tan bien, el viajero merece el mejor servicio. ¿Por qué la demora en la salida y con un ómnibus que se moja por defectos de los equipos de aire acondicionado?
Sobre la pertinaz gotera, exponen que “nuestra UEB cuenta con un parque de ómnibus envejecidos, en su gran mayoría se mojan, provocando así un grupo de insatisfacciones de nuestros clientes”.
Suponemos que Víazul tenga cierta prioridad en la reposición de equipos. Pero es de lamentar que a pesar del envejecimiento el precio de los viajes sigue siendo el mismo. ¿Por qué?
El artículo periodístico reseñaba vicisitudes en el pequeño salón de espera en Santiago de Cuba, incluida la falta de aparatos de aire acondicionado. Responden que “la UEB allí tomó como medida alternativa colocar varios ventiladores; la medida está cumplida”.
¿Será tan difícil conseguir para allí algunos aparatos de aire acondicionado? ¿Nadie pensó en lo insoportable del calor santiaguero en ese local?
Referí además numerosas incidencias en el viaje de regreso y alegaron que “se analizó a la tripulación del ómnibus 822, que fue la que realizó este servicio. Se decidió en la comisión de disciplina aplicar a la tripulación la medida disciplinaria consistente en cambio de puesto de trabajo a una plaza de menor remuneración y condiciones laborales distintas por el término de hasta un año”.
Aunque no mencionan en su respuesta la parada para comer en una paladar y no en una cafetería o restaurante estatal, confieso que mi primera reacción fue creer que la cadena se rompió por el eslabón más débil, es decir, la tripulación, aunque esta —efectivamente— se comportó con muy poca profesionalidad.
Es extraño que al valorar por separado cada uno de esos siete planteamientos —no sabemos por qué no todos— nos dan la razón en cinco, en uno nos la dan solo en parte y en otro asumen que no tenemos razón. Pero al hacerlo integralmente catalogan nuestro artículo Con Razón en Parte. Sin duda, ¡fuerte la calificación!
La administración tiene la mayor responsabilidad con el mal servicio, y deberá crear condiciones para que los salones de espera tengan buenas condiciones, la cafetería brinde el mejor servicio, eliminar las goteras y la suciedad en los ómnibus, que las salidas sean a la hora señalada, que una tripulación no se comporte con tan poca profesionalidad, y para que las paradas sean en lugares señalados y no donde quieran los choferes.
Los lectores apuntan —y también este reportero— a que administración y colectivo laboral de Víazul deberían empeñar su esfuerzo e inteligencia para desterrar la mala opinión que existe sobre el servicio que ofrecen. Sobre ello un cibernauta, Lesmes la Rosa, afirmó: “De no adoptarse las medidas que correspondan, la vergüenza será mayor”. Comparto tal consideración.