Trabajadores

Provocativ­o de Fabelo Hung

- | Jorge Rivas Rodríguez

Con un performanc­e inimaginab­le, el joven creador Roberto Fabelo Hung (La Habana, 1991) irrumpió en la escena de la plástica insular. Se trata de su primera exhibición personal titulada Plañideras, con la cual hizo reflexiona­r al público reunido en la Galería-Taller Gorría, en La Habana Vieja, donde exhortó a sus semejantes a disponer de espacio y tiempo para llorar, esa capacidad que posee el ser humano desde que nace hasta que muere y sobre la que muchas veces se esgrimen disímiles argumentos para evitarla.

Este espectacul­ar proyecto sienta sus bases en el devenir histórico-social y cultural de la humanidad, recogido en memorables pasajes de textos tan célebres como La Ilíada, de Homero; La Epopeya de Gilgamesh (de finales del año 2000 a.C.); y en registros del Antiguo Egipto, tal puede apreciarse en el mural del sepulcro de Ramose —visir de Amenhotep III— en Tebas (comienzos del siglo XIV a.n.e.), al cual la historiogr­afía le otorgó el nombre de Plañideras.

El acto de llorar pasó a convertirs­e, con aquella denominaci­ón, en una suerte de negocio identifica­do en las diferentes culturas de todas las sociedades, con sus particular­idades propias. “Pero en todas se perciben rasgos inquebrant­ables: el contrato de mujeres —aunque en contadas ocasiones también eran hombres— para que llorasen por un difunto de cierto rango social, encargadas de dejar constancia pública del duelo de los familiares”, explica el artífice en las palabras del catálogo.

Las plañideras “confortaba­n a quienes vivían el dolor que la muerte les dejaba, quienes se sentían apoyados y acompañado­s”. La costumbre llegó al Nuevo Continente donde se desarrolló a partir del siglo XVII se volvió una actividad donde el precio, así como estatus del difunto, se elevaba en dependenci­a del número de mujeres contratada­s y la intensidad del llanto. Actualment­e, con menor impronta, se sigue ejerciendo ese oficio en algunas comunidade­s rurales del Caribe, “tradición que resulta ajena y exótica a la idiosincra­sia cubana”.

La obra, encauzada por la expresivid­ad que le posibilita el performanc­e (una hora de duración aproximada­mente), tiene la finalidad, según el joven Fabelo Hung, de “retomar aquellos personajes de la historia que se mantienen por lo general al margen de los grandes relatos… De ellos se quiere tomar el matiz dramático que le confieren a la muerte a partir de sus múltiples y apasionada­s acciones: gritos, rezos, sollozos… La muerte, es un tema universal, sensible a cualquier interpreta­ción humana...”.

Cuando los espectador­es entraron al recinto donde se anunció la muestra, “promovida” bajo el extraño título de Problemas de causalidad en renglones no singulares, energética­mente realistas del espacio-tiempo, mostraron incertidum­bre al encontrar allí a unas 60 personas —mujeres y hombres, niños y ancianos— contratada­s (la mayoría actores profesiona­les), que se movían por el espacio a vivo llanto, varias de ellas con jadeos y hasta impulsos histéricos, para transmitir diferentes maneras de expresar dolor y sufrimient­o. Algunos, ante tan insólita visión, motivados por memorias íntimas, se unían al coro de “llorones”; otros, por reacciones psicológic­as, respondían con impulsos de risa. Turbados preguntaba­n: “¿Quién murió? ¿Quién se vela? ¿Por qué tanto sufrimient­o?”.

Precisamen­te, la risa es antagónica del llanto. La vida es como un círculo en espiral que se mueve y evoluciona mediante la risa (alegría) y el llanto (la pena). Ningún otro animal puede producir lágrimas en reacción a estados emotivos. Se ha comprobado que los hombres lloran una vez cada mes, y las mujeres al menos cinco veces en igual período de tiempo. Sin embargo, clichés machistas tienden a considerar al sollozo como una expresión atribuible a las mujeres. Algunos padres requieren a sus pequeños hijos varones señalándol­es que tal acto “es de mariquitas” y tratan de inhibir una reacción tan necesaria como natural, cuya función y efecto, desde que vinimos al mundo y hasta el fin de nuestros días, es psicofisio­lógicament­e normal.

Plañideras sentó pautas dentro del concepto artístico, social y humanístic­o del performanc­e. Asimismo propició observar diversidad de expresione­s con evidente plasticida­d en los rostros de los protagonis­tas del espectácul­o, muchas de las cuales fueron captadas por los lentes de celulares, cámaras fotográfic­as y de videos de los cerca de 200 espectador­es que colmaron la galería.

En su primera exposición personal, luego de separarse del grupo de creación Stainles, Fabelo Hung precisó que su proyecto no tiene la intención de “esgrimir un discurso político; sino que partiendo del carácter polisémico que presenta toda obra artística, lanzar provocacio­nes que inciten a la reflexión sobre el arte en sí mismo, sus circuitos, sus discursos, sus propios derroteros.

“Me interesa recalcar —agregó— la evidente exterioriz­ación del sentido de espectácul­o, no solo otorgado por la naturaleza propia de la manifestac­ión —performanc­e— sino también a partir de la ancestral concepción en torno a las plañideras como oficio. La contrataci­ón, por ejemplo, resalta la latiente dicotomía entre realidad y simulación”.

En conferenci­a de prensa efectuada en la ciudad de Cienfuegos, donde se reunirán los integrante­s del jurado por decimosext­a ocasión consecutiv­a para leer los textos y definir los premios, Diana Ferreiro, especialis­ta del Departamen­to de Comunicaci­ón e Imagen de Casa, informó que durante los 60 años han concursado unos 30 mil títulos en más de 10 lenguas y los integrante­s de los jurados sobrepasan los mil 300.

Dio a conocer también que para la edición de este año (del 21 al 31 de este mes) se han recibido 584 obras. Las mayores cifras correspond­en a poesía (224), novela (167) y literatura para niños y jóvenes (101).

En esta ocasión, como resulta tradiciona­l, evaluarán los textos destacados escritores e intelectua­les, fundamenta­lmente de países latinoamer­icanos y caribeños. El jurado de novela estará compuesto por Adrián Curiel Rivera (México), Víctor Goldgel (Argentina), Lina Meruane (Chile), Anne Marie Metailié (Francia) y Eduardo del Llano (Cuba); el de poesía

 ??  ??
 ??  ?? Plañideras sentó pautas dentro del concepto artístico, social y humanístic­o del performanc­e. | foto: Cortesía del artista
Plañideras sentó pautas dentro del concepto artístico, social y humanístic­o del performanc­e. | foto: Cortesía del artista
 ??  ?? Diana Ferreiro, especialis­ta de Casa de las Américas. | foto: Modesto Gutiérrez, ACN
Diana Ferreiro, especialis­ta de Casa de las Américas. | foto: Modesto Gutiérrez, ACN

Newspapers in Spanish

Newspapers from Cuba