Goles de esperanza
a la cancha para retar las virtudes de los alumnos y brindar un buen puñado de conocimientos adquiridos tras 16 años en la preselección nacional.
Refiere el directivo, acompañado por un bastón de hockey, la responsabilidad que lo ata a su labor. “Me levanto sobre las cinco de la madrugada, llego a la escuela cerca de las seis, realizo un recorrido por las áreas, y después despierto a los alumnos. Luego del desayuno comienza la sesión preparatoria”.
Subraya que en la instalación se entrenan todos los equipos de las categorías escolares, lo que implica el máximo esfuerzo. “En la mañana se adiestran las muchachas y sobre las dos toca el turno a los varones, quienes finalizan sobre las seis”, aclaró el también comisionado provincial. Aunque la matrícula actual es de 36 atletas (24 hombres y 12 mujeres), un total de 66 estudiantes se benefician de las bondades del centro.
“Acá somos una familia. Tanto entrenadores como deportistas y trabajadores en general, hemos interiorizado que únicamente juntos podemos mantener los resultados que nos honran. Fe de ello son los 12 títulos logrados en la primera categoría masculina y las 21 preseas entre los juveniles. Eso no se obtiene por obra de la casualidad, hay mucho esfuerzo y unidad”, destacó orgulloso el dos veces campeón de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Fidel es inquilino habitual en los pensamientos y sueños de Marín Hernández. “Soy Fidelista por naturaleza. Mi labor en la escuela la realizo pensando en él, en su gigantesco ejemplo”, afirmó mientras bastón en mano fue en busca de la cancha para continuar anotando experiencias por el bien del hockey avileño.
La consagración se nombra…
En el ya lejano 1969 se inició el romance de Eliberto Sarduy Rivero con este deporte. A los 67 años y algunas libras de más no ceja en su empeño de seguir apoyando la disciplina que ama. “Llevo casi toda una vida ligada a esta academia, es mi hogar”, confiesa a quien llaman en mayúsculas el Profe.
“Por mis manos pasaron la mayoría de los preparadores que hoy trabajan acá, dueños de grandes resultados. Hablo de más de 50 coronas en todas las categorías. Algo extraordinario”.
Su jerarquía y ejemplo le permiten tocar cualquier tema que ataña al centro por sensible que parezca. “Sin tener las condiciones perfectas, no nos detenemos. En ocasiones han faltado recursos, pero los deseos, por suerte, nos sobran”, aseveró con seguridad.
“Este es el deporte que más éxitos históricos le ha dado a la provincia. Ha tributado con más de 100 atletas a la selección nacional, incluidos varios de los campeones en Barranquilla 2018”.
Sin importar todas las glorias acumuladas, cierta inconformidad anida en su espíritu. “Aquí nunca se ha reconocido al hockey como merece. Solo recientemente notamos mejoría con la entrega de determinados implementos. A nivel deportivo hemos sido un poco discriminados y desconozco las razones. Sin embargo, cuando hay resultados deben premiarse”, testificó con seguridad.
Las medallas también entran por la cocina
Regla Montero Hernández llegó a la Academia Provincial por necesidad de trabajo. “Me explicaron que precisaban de una cocinera, pues la compañera que desempeñaba esa función no podía continuar. Estoy muy bien laborando acá, los compañeros me quieren y apoyan, y los alumnos me adoran”, dijo orgullosa.
“Trato de complacerlos cada vez que elaboro los alimentos y muchas veces me felicitan. A ellos siempre se les prioriza porque son nuestra razón de ser. Estoy realizada, hay reconocimiento y eso complace”, señaló antes de defender la idea de que las medallas ahí también entran por la cocina.