Libia Duarte, un rostro femenino del béisbol
El uniforme verde y el emblema que usa son muy llamativos. La bola de béisbol, la hoja de tabaco y las letras PR que muestra en su brazo derecho son inconfundibles en la pelota cubana. Al apellido Duarte en la espalda lo acompaña el número 12, pero no es un hombre conocido (Donald) el que lo porta. Es Libia Duarte.
Entró al mundo del béisbol de casualidad, impulsada por una amiga y se ha convertido en una tremenda jugadora. La primera base pinareña está ya entre las mejores del orbe en su posición. El Heraldo de Aguascalientes la valoró como la mejor inicialista del Campeonato Premundial disputado en esa ciudad mexicana en el año 2019. Parada en la caja de bateo comienza la entrevista.
¿Cómo empezaste a practicar este deporte?
Por embullo, en 11.o grado causé baja del atletismo y para mantenerme en la Eide me inicié en el sóftbol. Allí conocí a Yarisbel Cabrera, quien dos años después, mientras cursaba el primer año de Cultura Física, me convenció de jugar béisbol.
¿Qué tan difícil fue aprender su técnica?
Al principio era casi imposible, sobre todo en la primera base. Se hacía complicada la colocación en la base a la hora de recibir los tiros desde las diferentes posiciones. No tenía coordinación para realizar los cambios de pie cuando los tiros eran malos. En el bateo presentaba dificultad con los lanzamientos rápidos y por dentro.
Pero llegaste muy rápido al equipo nacional
Eso pasó en el primer campeonato por invitación Sub-18, en el cual me seleccionaron en el Todos Estrellas, cuando aún no sabía todo el ABC de la pelota. A partir de ese momento pasé a formar parte del equipo Cuba hasta la actualidad.
Cuéntanos de tus resultados a nivel nacional
Pinar del Río ha terminado siempre entre los lugares del cuatro al seis. Individualmente tengo buenos resultados, un average por encima de 300 en todos los campeonatos y en el 2015 implanté un récord de bateo, siendo la líder en todos los departamentos ofensivos.
¿Cuál es tu primer evento internacional?
El torneo clasificatorio para los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, en marzo de ese año. No jugué, era de cambio. Cuba finalizó en el cuarto lugar.
¿Cómo valoras tu aporte a la selección nacional?
Mi actuación como regular comienza en el 2016, en el Campeonato Mundial de Busan, Corea del Sur, donde fui primer bate y designada. En el primer juego contra Venezuela conecté el único imparable del conjunto. Al otro día estuve muy mal y la dirección del equipo tomó la decisión de sentarme por el resto del campeonato.
Volví al terreno en el Mundial de Viera, Florida, el año pasado, donde fui la primera base regular. Allí sí tuve un buen rendimiento porque terminé como la segunda mejor en mi posición.
¿Qué debiera cambiar Cuba para alcanzar mejores resultados?
No estamos lejos de los países que están en la punta del ranking. Tuvimos juegos parejos y peleados contra Japón (campeón mundial desde hace cinco años) y contra Canadá (tercero en el ranking mundial). Eso quiere decir que el equipo no está tan lejos del nivel de estos conjuntos. Hay factores que influyen para dar ese salto que queremos: la concentración, la dinámica, errores que se cometen en los peores momentos y falta de un batazo clave. Son pequeños detalles que afectan, pero el equipo está bastante bien y lo fundamental, tenemos deseos de dar ese salto.