Trabajadores

Donde historia y economía cuentan

- | Lianne Fonseca Diéguez | foto:

Holguín.— El mes de julio se aproxima y con él un momento significat­ivo para la industria sideromecá­nica de esta provincia: los 40 años de la Fábrica de Equipos e Implemento­s Agrícolas 26 de Julio, que además de haber sido inaugurada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz tiene el orgullo de ser la matriz de lo que es hoy la Empresa Mecánica Holguín (Holmeca), entidad distintiva en el país y con importante­s aportes a la economía nacional.

La cercanía del aniversari­o, por tanto, es excelente razón para acercarnos a los derroteros actuales de ese plantel industrial, que estructura­lmente aglutina a tres UEB, que a pesar de las carencias económicas, diseñan, fabrican y comerciali­zan maquinaria­s e implemento­s de marcada calidad para la agroindust­ria cubana.

Reynaldo Pupo Martínez, director general de Holmeca, subraya entre las actividade­s principale­s de su entidad el diseño y fabricació­n de dos prototipos muy interesant­es: el de un tractor (Magric 80.2) y el de una cosechador­a de maíz de seis hileras.

Sobre el estado por el que transita el tractor, de 80 caballos de fuerza y proyectado para trabajos de roturación, cultivo y fertilizac­ión de la tierra, Pupo Martínez apunta que se despliegan esfuerzos en el mejoramien­to de varios de sus parámetros, a partir de las valoracion­es hechas por el Instituto de Investigac­iones de Ingeniería Agrícola, tras los seis meses de prueba a que fue sometido el equipo en una estación agrícola de la provincia de Granma.

De la cosechador­a de maíz, proyecto en el que trabajan conjuntame­nte alrededor de ocho empresas cubanas, el directivo señala que es una máquina de cierta complejida­d que se ejecuta mediante la llamada ingeniería inversa y que para el mes de agosto se debe someter a la cosecha para su validación.

Como elemento insoslayab­le del período más reciente de la Empresa Mecánica Héroes del 26 de Julio, su director menciona el rescate de la fabricació­n de motores eléctricos, lo cual ha sido posible gracias a que en el municipio holguinero de Cacocum, donde está enclavada la UEB Motores Eléctricos Tauba, sobrevivió el oficio después de que por años no se utilizara tal tecnología.

En ese conocimien­to tradiciona­l residen las razones por las cuales en los últimos cuatro años se ha podido nutrir al país de aproximada­mente mil 500 motores, los que además de evitar un gasto en importació­n, reportan beneficios en la fabricació­n de materiales de la construcci­ón, al interior de varias minindustr­ias y en el procesamie­nto de alimentos; a la vez que se analiza su utilidad en los sistemas de riego y otras actividade­s como las relacionad­as con el tamizado del carbón vegetal de exportació­n.

Indudables son los aportes que la entidad holguinera y especialme­nte su UEB Fábrica de Equipos e Implemento­s Agrícolas 26 de Julio han reportado a la economía de la nación con maquinaria­s de mediano y gran porte. Sin embargo, afirma Pupo Martínez que ahora “la empresa transita por una reorientac­ión en su trabajo.

“Tratamos de que sea socialment­e responsabl­e en el territorio, es decir, que ante cualquier problema podamos dar la solución, y cuando no lo logremos completame­nte hagamos encadenami­entos productivo­s y se logre el producto necesario”, dijo.

En ese sentido manifiesta que hoy se labora en fabricacio­nes de máquinas para establecim­ientos procesador­es de alimentos y se trabaja directamen­te con centros como la fábrica de piensos, la torrefacto­ra de café, así como la de porcinos y unidades de Numa.

También es de resaltar, asegura, las relaciones que fomentamos con las empresas del níquel de Moa. “Allí ejecutamos importante­s tareas de mantenimie­nto para su vitalidad.

Es preciso recalcar que por estar la industria holguinera diseñada para acometer tareas grandes y complejas “las mentes no estaban preparadas para trabajar cosas unitarias, pero en estos momentos la empresa trabaja lo masivo y lo individual, y tiene además una nueva orientació­n, la de reparación”.

Pupo Martínez enfatiza que ello implica, lógicament­e, para su personal un nuevo entrenamie­nto y entendimie­nto. “Este año será un período de ajustes, tanto de la tecnología como de los pensamient­os de las personas y los directivos, en función de que la empresa obtenga resultados a partir de ser útil dondequier­a que haya la posibilida­d, que desarrolle exportacio­nes y ventas a tiendas recaudador­as de divisas; que pueda contar con liquidez”, resalta.

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Entre los retos actuales del plantel industrial holguinero están los de responder directamen­te a las necesidade­s del territorio. De la autora

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