La alegría y el tesón ganan
El calendario de agosto deshoja las fechas finales a su acostumbrado ritmo de mar tranquila y elevadas temperaturas. Variadas iniciativas, muchas creadas en los propios barrios a lo largo del archipiélago, se han puesto a prueba en la etapa más intensa del verano cubano. Así, la alegría y el tesón les ganan el pulso a los duros tiempos. Llegue entonces el reconocimiento a las personas que organizaron e hicieron posible la recreación y el disfrute. Y el aplauso particular para quienes de manera directa aportaron empeños en favor de los vacacionistas
Como el día a día de la vida misma, ningún verano es igual al que le precede. En este año 2022, extremadamente cálido y difícil, los cubanos pudieron disfrutar del período estival mediante numerosas ofertas artísticas, culturales, recreativas y deportivas gracias a los ingentes esfuerzos del Estado cubano.
Tales proyectos sortearon las adversas condiciones, fundamentalmente dadas por las limitaciones electroenergéticas, así como las carencias derivadas de la situación económica que enfrenta la nación, agravada por el criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por el Gobierno de los Estados Unidos por más de seis décadas; y un período en el que igualmente nos estremecieron los lamentables sucesos del siniestro ocurrido en la Base de Supertanqueros de Matanzas, los cuales impregnaron de luto a todo nuestro pueblo.
Bajo esas circunstancias, el Ministerio de Cultura y sus instituciones, junto al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), los gobiernos territoriales y las organizaciones de masas y juveniles —en todos los municipios y provincias—, emprendieron un amplio programa que bajo el lema Verano con todos llevó, en la medida real de las posibilidades materiales y financieras, diversas opciones durante los meses de julio y agosto, en tanto enriquecieran la espiritualidad de los nacionales, a quienes les trajeron alegría y esparcimiento que permitieran recibir con entusiasmo la vuelta a las clases.
Presidida por la canción homónima a la frase que identificó esta etapa, de la autoría de los guantanameros Claudio Casal y Fermín Francel —tema ganador del concurso que, con tal fin, convocó la Unión de Jóvenes Comunistas—, la campaña vacacional estuvo fundamentalmente protagonizada por la juventud, la cual encaminó su labor en la transformación de los barrios vulnerables y en las comunidades, con el apoyo de la Brigada de Instructores de Arte José Martí y otros factores administrativos y culturales.
Asimismo, en la mayoría de las Casas de Cultura, a lo largo y ancho del archipiélago, se organizaron talleres de verano, concursos y encuentros de bailes populares, espectáculos de narración oral y títeres, salones de paisajes, artesanía alternativa y certámenes de fotografía, entre otros proyectos que pusieron especial interés en el fortalecimiento de la identidad nacional, el rescate de tradiciones y el disfrute de las familias.
Los conjuntos dramáticos y las agrupaciones de teatro para niños estrenaron o repusieron obras en las salas de sus respectivas provincias; mientras destacados creadores de las artes visuales exhibieron sus más recientes creaciones en las galerías de arte y otros espacios de sus localidades; efervescencia que también se hizo extensiva a los museos, bibliotecas, librerías, cines, las dependencias del Fondo Cubano de Bienes Culturales, y a las demás instituciones, las cuales trabajaron, hasta el cierre del verano, en disímiles iniciativas, la mayoría de estas sorteando los inevitables apagones. Entre tanto el Instituto Cubano de la Música garantizó un extenso programa de conciertos y recitales.
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