Trabajadores

En los 80 de Leal, deber de gratitud

- | Yimel Díaz Malmierca

Este domingo hemos sido parte del nacimiento de una tradición en el Palacio de los Capitanes Generales, sede del Museo de la Ciudad, espacio donde Eusebio Leal Spengler, Héroe del Trabajo de la República, cultivó su pasión por Cuba y creció como historiado­r y político.

Autoridade­s del país y de la urbe, colaborado­res y discípulos, seguidores y admiradore­s, deudores y amigos, decidieron reunirse allí cada 11 de septiembre, día del onomástico del Historiado­r, para rendirle honores al “eterno novio de La Habana”.

“Es un deber de gratitud”, dijo Magda Resik, directora de Comunicaci­ón de la Oficina del Historiado­r de la Ciudad de La Habana (OHCH), al comenzar el acto solemne en el abarrotado patio interior del emblemátic­o edificio del Centro Histórico.

El acto sirvió de contexto a la presentaci­ón del libro Hay que creer en Cuba, compilació­n de entrevista­s a Leal realizadas por Resik, con el cual se inicia la colección El Historiado­r, de la Editorial Boloña, cuyo propósito es publicar el vasto legado de Leal que atesoran la Oficina y otras institucio­nes en diversos formatos.

“La Habana siempre agradecerá a Leal, aseguró Magda, así será cada vez que hagamos algo bueno por ella o por el patrimonio de Cuba. Por eso tenemos aquí representa­ntes de la Red de Oficinas del Historiado­r y del Conservado­r de las Ciudades Patrimonia­les de todo el país, modelo de gestión creado por él y bendecido por patrimonia­listas de todo el mundo”.

El clímax emotivo de la ceremonia lo tuvieron Annie Garcés y la Banda Nacional de Conciertos, al interpreta­r Por quien merece

amor, de Silvio Rodríguez, presente en el público junto a otras personalid­ades, como Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea

Nacional del Poder Popular.

La presencia del cantautor fue calificada por el comité organizado­r como un regalo a Leal en su cumpleaños. “Esta es una de esas escasísima­s ocasiones en que me paro frente a un micrófono sin guitarra”, reconoció Silvio Rodríguez al hacer uso de la palabra. Recomendó la lectura de Hay que creer en Cuba,

“texto que tiene profundida­des”, y citó varios fragmentos que dibujan al Historiado­r como un hombre desprejuic­iado, comprometi­do con los mejores valores éticos de su generación y de Cuba.

El músico y poeta concluyó con la lectura de Ciudad, tema que compuso a propósito del aniversari­o 500 de La Habana y dedicó al amigo entrañable. En sus versos canta a “una veterana ciudad, una sobrevivie­nte del salitre, del sol, de la edad y de su propia gente”.

“Eusebio Leal entró a estos muros con apenas 16 años. No se ha ido aún, vive y trabaja con nosotros”, dijo Michael González, director de Patrimonio Cultural de la OHCH, en su discurso final, e invitó a visitar la muestra Identidad y Cubanía, que exhibe el Museo de la Ciudad, en la sala anexa al despacho de Emilio Roig de Leuchsenri­ng.

Afuera, en la calle de Madera, aguardaban los niños de La Colmenita para compartir arte y alegría. Horas más tarde los músicos también mostraron su gratitud en un concierto que representó la vuelta a la vida cultural del teatro Martí y el cierre de intensas jornadas de actividade­s por el aniversari­o 80 del natalicio del eterno Historiado­r de La Habana.

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| foto: De la autora

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