Calidad en alta
A Caridad Ibáñez Sánchez le queda poco en Varadero. Si no cambia de opinión se jubilará en el año 2023. “Ya tengo 59 años”, dice, mientras le saca brillo al piso del lobby bar del Royalton Hicacos, sin importarle que una y otra vez se empañe con tanto pasa y pasa. “El que me conoce lo sabe. Con mi trabajo no hay fallos”.
Su disposición es idéntica a la del cocinero Carlos Alberto Contreras y la de muchos otros directivos y empleados del hotel a cargo de Cubanacán y la compañía canadiense Blue Diamond.
Con esa apuesta por lo óptimo se recibió en Matanzas la temporada invernal, período de noviembre a abril donde el país recepciona los mayores flujos de visitantes foráneos, y también recibe sus principales ingresos por concepto de exportación de estos servicios.
No obstante el entusiasmo por su llegada, el alza turística se hospeda en un contexto de marcadas restricciones. Si alguien lo sabe muy bien es Ivis Fernández Peña, delegada del Ministerio de Turismo, Mintur.
“Intensa fue la preparación para asegurar resultados de calidad. El compromiso de lograrlo no es solo del Mintur ni de su sistema empresarial, sino de los demás sectores de la economía que brindan servicios o son proveedores de productos elementales”.
Cuando el día 15 comenzó oficialmente la temporada alta turística casi 14 mil vacacionistas internacionales habían dormido en el balneario yumurino, consecuencia, precisa Ivis, del crecimiento de la plataforma aérea por el Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez de Varadero, puerta número uno de entrada de viajeros al destino, y también por el capitalino Aeropuerto Internacional José Martí, la otra terminal desde donde se arriba.
Trabajar para el turismo
Un peso esencial en los suministros lo tiene la agricultura. A pesar de los problemas con los combustibles, la falta de energía o de fertilizantes, “nos toca honrar los planes”, manifiesta Llildrey Torres Hernández, jefa de comercialización.
“Aunque Frutas Selectas es el balancista y rector del proceso de venta, participan otras nueve empresas, además de La Cuba y la agroindustrial Ceballos, de Ciego de Ávila, 35 formas productivas y 18 productores individuales, estos últimos responsables de buena parte de la demanda”.
En una industria tan dependiente de otros organismos para su existencia no hay actores pequeños, menos, si se trata de seguridad sanitaria. El doctor Alexis Medel Avilés, director de la sucursal de Servicios Médicos Cubanos en la provincia, asegura que cuentan con los recursos y el personal para evitar brotes de COVID-19, de dengue u otras alertas epidemiológicas emitidas por el Ministerio de Salud Pública.
Medel anunció como novedad el funcionamiento de la brigada de Vitalcuba en Matanzas, iniciativa dirigida a fomentar un turismo médico basado en la calidad y en el bienestar.
La pretensión de hacer de la temporada de alza turística un período memorable es un propósito conectado a la gestión inteligente de los empleados, considera Jesús Lauzurique Suárez, delegado de Cubanacán en Varadero. “Ellos merecen una atención integral, sin descuidar el más mínimo de los detalles”.
Con ello concuerda Mailén Alemañy, secretaria general del Sindicato Provincial de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo. “En los últimos días se adoptaron decisiones para solucionar dificultades con el transporte obrero, y aún quedan pendientes asuntos como la inconformidad con los bajos ingresos en los hoteles mixtos y el precio de los uniformes en no pocas instalaciones, por mencionar algunas preocupaciones”.
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