Orgullo de una nación
Paradigma, ejemplo de institución médica, centro de referencia, orgullo de una nación, todos esos adjetivos describen al Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, que este 3 de diciembre —Día de la Medicina Latinoamericana— cumplió su aniversario 40.
Inaugurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (en esta propia fecha en el año 1982), ha mantenido durante todo este tiempo los objetivos y las misiones por las cuales fue creado: asistencia médica de calidad; docencia de posgrado especializada y ser una entidad de alta tecnología.
Así lo señaló el doctor Reynaldo Denis de Armas, actualmente director en funciones, quien labora aquí desde hace 30 años cumpliendo responsabilidades políticas y profesionales, además de que tuvo la posibilidad de formarse como especialista de II Grado en Laboratorio Clínico.
Comentó que el hospital cuenta con todas las especialidades clínico-quirúrgicas, así como los departamentos de medios diagnósticos, y recalcó la importancia de las tres unidades de cuidados intensivos para el paciente crítico. De igual manera, todos los servicios tienen actualizados sus protocolos de atención, es decir, la conducta a seguir ante determinadas situaciones.
La vida diaria en un hospital de tal magnitud (por los servicios que brinda) no es fácil. Para que todo marche resulta imprescindible una labor cohesionada entre las organizaciones del centro, donde el sindicato tiene una función esencial.
El buró sindical lo encabeza José Alejandro Guerra Vicente, oftalmólogo, Profesor Instructor, y aspirante a doctor en Ciencias. Sus más allegados saben de su entrega y sacrificios diarios, sin lo cual sería imposible llevar adelante las tareas.
Para este holguinero era un sueño, casi inalcanzable, laborar en un hospital como este, con tan altos estándares profesionales y asistenciales.
Sobre el funcionamiento sindical, subrayó que es posible al margen de la complejidad que implica tener más de 3 mil trabajadores afiliados y 75 secciones sindicales. “El buró sindical está integrado por 11 miembros, quienes realizamos una labor asistencial o administrativa y, al mismo tiempo, respondemos por este quehacer.
“El hospital Ameijeiras es grandioso y no lo digo solo por el tamaño de la edificación, sino porque aquí se trabaja intensamente para garantizar la calidad en los servicios, lo cual se ha mantenido desde los inicios. Eso lleva un alto nivel de compromiso y responsabilidad, en lo cual sobresalen muchos de los fundadores (144 en total), que aún se mantienen entre nosotros”, enfatizó José Alejandro.
Gisela Pérez Martínez, anestesióloga, especializada en cuidados intensivos, con 76 años de edad, es de ese grupo de profesionales que se incorporó a la institución hace 40 años. “En este hospital me he desarrollado —manifestó a Trabajadores—. Hoy soy Profesora Consultante por lo que me dedico a la docencia, pero también a la asistencia en el posoperatorio.
“Aquí atendemos al paciente operado, de alto riesgo, con enfermedades que pueden o no estar compensadas, o muy graves si son de urgencia. La sala tiene gran prestigio porque resolvemos muchos problemas; el caso grave, el shock séptico. Muchas veces los intensivistas nos piden estabilizar el caso, y ello implica poner los medicamentos, ventilar al paciente, hacer los análisis, en fin salvar vidas.
“Siempre digo que el colectivo de anestesiología es muy bueno. Hay compañeros que cada vez son mejores que nosotros, con más preparación y dominio de las últimas tecnologías, y eso me enorgullece porque muchos han sido alumnos nuestros”, señaló emocionada Gisela.