Diario Libre (Republica Dominicana)
LA PLAZA MAYOR DE SANTO DOMINGO
El parque Colón es uno de los espacios más ricos de toda la ciudad de Santo Domingo La plaza original era de tierra, sin árboles, con una fuente de agua en el centro
El trazado de Ovando reservó el espacio de la Plaza Mayor con una dimensión casi tres veces más que la que tiene en la actualidad y desplazando a un poblado indígena existente en el sitio en lo que sería el primer desalojo urbano de América. El espacio reservado estaba comprendido entre la calle Real o del Clavijo (actual calle El Conde) al norte, la calle de Santo Domingo o de la Universidad (Padre Billini) al sur, calle del Arzobispo (Arzobispo Portes) al oeste y la calle de Santa Clara (Isabel La Católica) al este. Sin embargo, se decidió colocar una iglesia techada de paja y que sería posteriormente erigida como catedral, dentro del espacio de la Plaza Mayor, en el extremo sur y no en frente de ella, como era la costumbre. El domingo 26 de marzo de 1514, Pedro Suárez de Deza, obispo de la Concepción y antiguo metropolitano de Yaguate, bendice el solar de la futura catedral de Santo Domingo y apa- rentemente delimita el sitio al norte de la existente iglesia techada de paja y “de materiales deleznables”, donde planta cuatro cruces que delimitan el solar del templo; esta decisión reduce a casi la tercera parte de su tamaño el solar de la Plaza Mayor e incorpora hacia el sur la actual Plazoleta de Los Curas, la Plazoleta Padre Billini, y un grupo de casas con frente hacia la calle padre Billini y hacia las plazoletas mencionadas. En 1519 el obispo Alejandro Geraldini promueve y logra que se inicien en 1521 los trabajos de la Catedral de Santo Domingo, consagrada en 1540 y que en 1546 se consagra como Metropolitana y Primada de Indias por Paulo III, dedicada a la Virgen María, Nuestra Señora de la Encarnación. La disposición del templo con respecto a la plaza es diferente a la tradicional, estando dentro del espacio de la Plaza y no frente a la misma, el lateral norte del templo es que da a la Plaza, la Catedral se enfrenta en su fachada principal, que responde a la tradicional disposición este-oeste, con frente hacia este último punto cardinal, con su propia plazoleta que se encierra con un muro almenado. Esta disposición lateral se repite en varios templos de factura más reciente del interior del país, y se sonstituye en una tipología urbana reconocida como propia de nuestra nación. La plaza original era de tierra, sin árboles, con la picota, con una fuente de agua en el centro, parte del acueducto trazado por el arquitecto mayor, Rodrigo de Liendo, con agua traída por gravedad desde la noria de San Francisco. Por mucho tiempo la única estructura en la plaza era un muro bajo construido para evitar que los animales que entraban por la puerta del Conde camino a la Plaza del Mercado, anteriormente del Contador, merodearan por la plaza. En ella se hacían paradas militares. La estructura de la plaza se mantuvo igual hasta que a partir del siglo XVIII se inician algunas modificaciones en su entorno, como la de la Casa de Herrera, al lado este, donde se instala durante el periodo de la ocupación haitiana, 1821-1844, el gobernador General Gerónimo Maximiliano Borgellá. Luego de la independencia en 1844 y de la Restauración de la República, en 1863, el país logra recuperarse políticamente, y es cuando, durante una de las presidencias de Buenaventura Báez -presidente en seis ocasiones-, se decide arbolar la Plaza Mayor y convertirla en un parque. El modelo podría calificarse como afrancesado, siguiendo el tipo de La Alameda de Maximiliano en México. La plaza cambia de carácter, producto del sentimiento antihispánico posterior a la Restauración, de Plaza Mayor (de armas), se convierte en Parque Republicano o Parque Colón, un parque de arboles, público, popular. A finales del siglo XIX, durante la presidencia de Ulises Hereaux (Lilís), la Junta Nacional Colombina decide tumbar la picota, y se coloca en el centro del parque la escultura de Colón con Anacaona a sus pies obra del escultor Ernesto Gilbert que data del 1887, y se encarga el Monumento a Colón que se instala en la Catedral, destruyendo el coro bajo del templo, para el reposo de los restos del Almirante hasta su traslado al Faro de Colón, situado en el lado este del Ozama, sitio original de la ciudad. Durante los años de Trujillo no se registran mejoras notables, excepto cuatro fuentes respetuosas del trazado simétrico decimonónico. Luego la Comisión Temporal de Ornato Cívico pavimenta con ladrillos, hoy muy deteriorados, en una intervención dirigida por el ingeniero José Ramón Báez López Penha en el 1968. En esta ocasión el proceso arqueológico descubre la fuente y el sistema de acueducto original, entonces en desuso desde los tiempos de la colonia. Durante la Dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, 1930–1961, se completan las edificaciones del antiguo edifico Rosselló de 1943, de los arquitectos españoles Tomás Auñón y Joaquín Ortiz que, inteligentemente dialoga con la torre del Palacio Consistorial y el moderno edificio de mediado de los 50, El Conde 15, del padre de la arquitectura moderna Dominicana, Guillermo González Sánchez y William Reid, con sus “fenetres a longeur” corbusianas enfrentando, en un tenso e interesante diálogo de siglos, la fachada norte de la Catedral. En 1970, los mismos arquitectos diseñan al lado el Bank of América, posteriormente fue el Hard Rock Café y actualmente lo ocupa el restaurante Jalao, en un desconcertante estilo neo hispánico preconizador de la posmodernidad en Santo Domingo.