Diario Libre (Republica Dominicana)
LOS HUÉRFANOS. DEL FEMINICIDIO.
No hay estadísticas de cuántos son los huérfanos por feminicidio. El drama que viven los sobrevivientes a esos hechos violentos es tan grande que algunos ven el suicidio como la mejor solución
El feminicidio es más que el asesinato de una mujer. Es la muerte de muchos sueños, anhelos y esperanzas de hijos pque jamás podrán abrazar ni desear un feliz día de madres a sus progenitoras. Sus abuelas, tías maternas y/o hermanas mayores son las que se hacen responsables de ellos, y esa decisión en ocasiones conlleva separar a los infantes, puesto que quienes asumen la tarea de criarlos y alimentarlos tienen un bajo poder adquisitivo.
El feminicidio es más que el asesinato de una mujer. Es la muerte de muchos sueños, anhelos y esperanzas de hijos que jamás podrán abrazar ni desear un feliz día de madres a sus progenitoras.
Las secuelas y traumas que esos hechos violentos dejan a los huérfanos y sus familiares perduran por el resto de sus vidas, pues, además de perder a sus madres y, en ocasiones también a sus padres, los afectados pierden el derecho a la salud y una vida digna.
El trauma causado por la pérdida de sus madres ha sido tan fuerte, que en uno de los cinco casos tomados como referencia para este reportaje, los afectados intentaron suicidarse. En otros, los hijos abandonaron la escuela para asumir el rol de papá y mamá.
Los hijos de madres pobres muertas a manos de sus parejas o exparejas no están afiliados al Seguro Nacional de Salud y pierden en algunos casos los beneficios de la tarjeta Progresando con Solidaridad, sin importar que quien asume su tutoría esté disfrutando esos programas creados por el Estado para las personas de escasos recursos o en condición de vulnerabilidad.
Sus abuelas, tías maternas y/o hermanas mayores son las que se hacen responsables de ellos y esa decisión en ocasiones conlleva separar a los infantes, puesto que quienes asumen la responsabilidad de criarlos y alimentarlos tienen un bajo poder adquisitivo.
Pero la falta del seguro de salud no es el único problema para ellos, por increíble que parezca, los niños y niñas víctimas de la violencia machista tampoco han recibido asistencia del Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia (Conani), según se puedo evidenciar en estos casos.
Al conversar con huérfanos de hace diez, cinco, dos y un año, se evidenció que con solo mencionar el hecho, sus semblantes cambiaron y lloraron.
“Me quitó lo más importante, me quitó mi corazón”, dijo una menor de edad que afirma odiar a su padre, condenado a 20 años de prisión por matar a su mamá.
Con cáncer y sin seguro
“Elizabeth”, tiene 13 años de edad, su padre mató a su madre cuando ella era apenas una bebé. A la adolescente le detectaron cáncer, fue operada pero no ha podido recibir otros tratamientos porque no tiene seguro de salud.
La tutora de la menor de edad, que a la fecha desconoce que recibe atención médica por el carcinoma, no la ha sometido a tratamientos de quimio y/o radioterapia debido a que no puede pagar los costos de esos procedimientos.
La mujer, cuyos datos se omiten para proteger a “Elizabeth” (nombre ficticio), describió que le hicieron estudios en el Hospital General Plaza de la Salud y el Instituto Oncológico Dr. Heriberto Pieter.
“Le hicieron una primera operación pero tiene que seguir recibiendo tratamiento de quimioterapia y radioterapia, pero no lo está recibiendo porque tengo que buscar el carnet de Senasa, sin eso no se lo hacen”, refirió entre lágrimas.
Intento de suicidio
En horas de la mañana del 10 de mayo del 2017, uno de los tres hijos de Sensión del Carmen Genao, gritaba una y otra vez “ay no mami, por favor levántate, ven mami ven… mami levántate por favor, no mami, no me hagas eso por favor…”, pero nunca se levantó.
La dama fue asesinada de varios machetazos por su expareja Rey Alcántara, en Cansino Adentro, Santo Domingo Este. Este hecho sangriento impactó tanto a su hija Yulissa Trinidad y a uno de sus hermanos menores de edad, que ambos intentaron quitarse la vida.
“Uno de ellos se iba a ahorcar porque no estaban a mi lado y se veían muy impactados. Al más grande lo encontraron en la cocina guindado y yo tuve que ir a buscarlo al campo y traerlo para acá conmigo. Él decía que él quería a su mamá, que no iba a estar con su mamá”, narró la joven que ahora tiene ocho semanas de embarazo, y que meses antes también intentó lanzarse del edificio de la Fiscalía de Santo Domingo Este.
Trinidad, quien en ese momento cumpliría 17 años, tuvo que dejar la escuela y hacerse cargo de sus hermanos.
Hace diez años que el oficial de la entonces Fuerza Aérea Dominicana, Onéximo Matos Cuevas, mató a Estervina Reyes Heredia, alias "Tití", en el Batey Mena Abajo, Bahoruco, en la residencia donde además se encontraban sus tres hijos: Isaías Matos Reyes “Waner”, y sus hermanos menores de edad.
A pesar de que el militar estuvo en la institución castrense por unos 20 años, la entidad no apoyó económicamente a sus hijos menores de edad.
“Fue triste, porque imagínate, si uno no tiene una madre en esta vida uno viene siendo como un perro, porque las madres son las que se preocupan por uno porque dicen en un dicho ‘madre es una, padre es cualquiera’”, dijo antes de comenzar a llorar Waner Reyes, quien tenía 8 años cuando ocurrió el hecho.
Pobreza y atención
El drama que envuelve a las familias también se acentúa en lo económico, puesto que cuando una mujer es asesinada por lo regular, si su madre está viva, ella es quien se hace responsable de los hijos huérfanos. Esa decisión además de representar un reto emocional para esa mujer que perdió a su hija, provoca un incremento en el presupuesto familiar. puesto que ahora deberá velar por la salud e integridad de sus nietos.
El 13 de marzo del 2013, a las 9:00 de la mañana, Antonia Tiben Pérez recibió la noticia de que Plinio Cuevas Meriño mató de varios machetazos a su hija Noelia Cuevas Baptist en el cruce de Los Robles, provincia Bahoruco, momentos en que ésta esperaba vehículo para salir a trabajar.
Tiben Pérez asumió la crianza de Dioris Cuevas Baptist y sus dos hermanos menores de edad. A pesar de que su hija era beneficiaria de la tarjeta Solidaridad, ese beneficio se perdió con la muerte. Ella, no ha podido lograr que los huérfanos puedan recibir los RD$800 que el Estado le daba a su madre.