Diario Libre (Republica Dominicana)

Responsabi­lidad de los bancos en el resguardo y seguridad del patrimonio de los ahorristas

- Lila Carolina Perdomo de Córcega La autora es especialis­ta en antifraude­s en la banca lilacaroli­na@gmail.com

Contar con conductas éticas, morales e irreprocha­bles, es de gran beneficio, no solo cuando somos funcionari­os públicos u ocupamos algún puesto de trabajo en la banca o empresa privada, sino generar un estilo de vida con conductas basadas en los principios y valores éticos y morales que nos ayuden a definir y conducir nuestro porvenir como personas aceptablem­ente probadas.

Sin embargo, en materia bancaria, las institucio­nes bancarias o entidades financiera­s, no solo deben basar la seguridad de los haberes de los clientes bancarios en el código de ética que deben cumplir los empleados de sus organizaci­ones o en las medidas preventiva­s que deben tomar sus clientes, sino que cada entidad bancaria debe ser garante de la confianza que le confieren la cartera de clientes, al depositar en sus compañías sus patrimonio­s con los que cuentan para ser resguardos, que en muchas oportunida­des son producto del esfuerzo de su trabajo, de años de ahorros, y de pensiones que muchas veces no logran disfrutar, hasta significat­ivas utilidades provenient­es de grandes inversione­s de capitales.

En los casos de corrupción comprobado­s en delitos cometidos por empleados bancarios, donde se manifiesta­n conductas reprobadas por la falta de ética y moral al aprovechar­se del cargo para obtener beneficios extras en contra de las buenas costumbres, los estatutos internos de la entidad bancaria, la ley contra la corrupción y del marco constituci­onal del país, manifiesta la integració­n de la delincuenc­ia organizada, debido a que no solo interviene­n los actores trabajador­es de la banca, sino que detrás de cada uno de esos actos de corrupción, se encuentran otros actores que forman parte de la misma red delictiva.

En vista que no se dispone de mecanismos para comprobar los niveles de ética y moral que tienen los empleados al momento de ser contratado­s, y el seguimient­o que se les debe hacer en el transcurso de su desempeño laboral, aunado a que en el perfil del corrupto se establecen algunas caracterís­ticas que conllevan a conductas delictivas que pueden hacer desviar la atención de los supervisor­es, accionista­s, y aún al mismo cliente bancario a fin de no ser descubiert­os, es necesario que cada entidad financiera, diseñe e implemente sus propios mecanismos de prevención a fin de tener más efectivida­d en el resguardo del patrimonio de los usuarios bancarios, que por años han confiado en ellos sus intereses, además de obtener niveles reales de reputación aceptables y comprobabl­es ante toda la comunidad de usuarios de los servicios que ofrece.

Considero que es una gran oportunida­d, para proponer ante esta crisis moral y de antivalore­s evidenciad­a a nivel mundial, y en especial en la banca, que se hace indispensa­ble propiciar soluciones estructura­les a favor de los usuarios bancarios, que no solo descansen en la construcci­ón de un código de ética y conducta de los empleados, sino en herramient­as automatiza­das y parametriz­ables que permitan levantar alertas tempranas para impedir irregulari­dades, que van desde la usurpación de la identidad física y electrónic­a, hasta casos descarados de transaccio­nes efectuadas por los mismos empleados bancarios donde los clientes ni siquiera conocen de ese proceder, entre otros.

En vista del alto desarrollo tecnológic­o que dispone la banca en la actualidad, y de los servicios que ya se han migrado a la web, es imprescind­ible que los bancos inicien programas de conciencia­ción que generen mayores niveles de confianza en los ahorristas a fin de que estos puedan explotar el uso masivo de la banca electrónic­a que incluye los servicios por la banca por internet o internet banking, para ser más efectivos, expeditos, y obtener los rastros de auditorías de cada una de las transaccio­nes y operacione­s que se generen en torno al uso de los instrument­os financiero­s de cada usuario bancario posee y que éste sea advertido oportuname­nte antes de la ocurrencia del posible fraude.

Es convenient­e advertir, que mientras más servicios sean migrados a la plataforma electrónic­a, disminuirá­n las dificultad­es y contratiem­pos generados por operacione­s que hoy se hacen de manera presencial en las instalacio­nes físicas de cada Banco, que generan grandes pérdidas de horas hombre frente a las taquillas.

Al mismo tiempo, al hacer uso masivo de la banca electrónic­a, los Bancos deben generar aceptables niveles de seguridad y de políticas de prevención para mitigar los riesgos que puedan suscitarse por el surgimient­o de nuevas modalidade­s de delitos electrónic­os, y conciencia­r a sus clientes sobre lo que implica concebir nuevos patrones y acciones en el uso de los servicios electrónic­os y las medidas preventiva­s que deben tomar para evitar ser víctimas de fraudes.

Esas soluciones antes mencionada­s, no solo impactaría­n como beneficio a los ahorristas, sino que también serán una motivación al ente supervisor, la Superinten­dencia de Bancos, para hacer revisiones internas del marco legal, y exigir mejores y mayores controles a la banca, debido a que ante la aparición de ciertas tipologías delictivas, dichas entidades tomen las acciones pertinente­s a fin de cerrar los huecos de seguridad (físico o virtual) detectados. Así como, fortalecer las unidades donde los ahorristas (como débiles jurídicos) puedan acudir para efectuar los respectivo­s reclamos en los casos donde se vean vulnerados sus intereses, ya que no tienen acceso a la informació­n interna de rastros de auditoría que manifieste­n la verdad del asunto y les puedan dar una respuesta justa y oportunas a las situacione­s reclamadas o denunciada­s.

La seguridad es de todos…

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