Diario Libre (Republica Dominicana)
Virginia Bergés Rib
EN AMÉRICA LATINA MÁS de 20 millones de jóvenes entre los 16 y los 24 años Ni estudian Ni trabajan. Categorizados bajo el nombre de Ninis, constituyen un grupo generacional cuasi “perdido”, pues su recuperación resulta difícil y costosa. Insertarlos a la dinámica productiva requiere de acciones de corto plazo para aprovechar la ventana de oportunidades que pueden ofrecen programas educativos, laborales y de asistencia social.
De acuerdo con el estudio de Leopoldo Tornarolli El Fenómeno de los Ninis en América Latina (N° 2016 del Banco de Desarrollo de América Latina), República Dominicana (20.8%) “tiene una proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan algo mayor al promedio de la región”.
El Banco Mundial en su informe “Ninis en América Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades” señala que “los gobiernos deben prestar atención al fenómeno de los ninis porque contribuye a la transmisión intergeneracional de la desigualdad y en algunos contextos, está vinculado a la delincuencia y a la violencia”. Y no es para menos: el fenómeno afecta la productividad y reduce la capacidad de los jóvenes de generar ingresos a edades en que sus necesidades aumentan, y se espera de ellos que logren independizarse de sus padres y formar hogares propios. Ahora bien, la labor de los gobiernos, si bien es esencial, no representa la solución exclusiva a la problemática. Como fenómeno social, la búsqueda de su solución requiere de la participación de todos.
Las Ninis
Habitualmente, al hablar de
Ninis nos referimos a los muchachos. Sin embargo, niñas y jóvenes son las más afectadas por factores condicionantes que les impiden continuar su educación o acceder a un trabajo. El estudio “En la encrucijada Mujeres adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan en América Latina” del Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina, SITEAL, revela que en nuestro país, 23.8 de las mujeres y 12.2 de los hombres son Ninis. Para ellas, al igual que para ellos, el ciclo de formación se mantiene inconcluso, y el ciclo de productividad se retrasa. Ser mujeres agudiza su condición de Ninis: pertenecen a un estrato socioeconómico vulnerable, no estudian, no ejercen un trabajo remunerado y llevan a cuestas la carga de las amas de casas cuando forman pareja (casadas o en unión libre) o se convierten en madres, con frecuencia solteras.
Para la adolescente con hijos, la búsqueda activa de empleo está llena de limitantes.