Diario Libre (Republica Dominicana)
La sociedad condena a los Ninis como si la oferta educativa nuestra fuese efectiva, estimulante y dirigida a objetivos congruentes con la realidad. Condena que los Ninis no trabajen como si la oferta laboral fuese amplia, inductiva al primer empleo, forma
haber abandonado la escuela a destiempo, de no trabajar, de parir hijos, de ser una carga familiar y social.
La sociedad condena a los Ninis como si la oferta educativa nuestra fuese efectiva, estimulante y dirigida a objetivos congruentes con la realidad. Condena que los Ninis no trabajen como si la oferta laboral fuese amplia, inductiva al primer empleo, formativa. Condena a los adolescentes que tienen hijos como si la sociedad no los bombardease continuamente con estímulos sexuales, como si desde chicos les ofrecieran educación sexual y métodos anticonceptivos con el objetivo de que ejerzan una sexualidad responsable. Nuestra sociedad no juzga por igual a chicos y chicas. A las Ninis se les cuestiona su moral, su conducta. Se les pone en la frente la etiqueta de la chica mala o “fácil”, la que obtuvo lo que se buscó “ella solita” por “chivirica”. Son vistas como mujeres que han fallado, en lugar de verlas como niñas que merecen una oportunidad, capaces de retomar sus estudios, de encauzar sus vidas, ya más maduras y en condiciones de apreciar lo mucho que perdieron y que seguirán perdiendo si no se capacitan para el mañana. Esas niñas (madres de niños que necesitan cuido, educación y una vía para que se rompa el círculo de la pobreza) son aceptadas en sus hogares paternos, pero pagan el precio altísimo de la pérdida de su autoestima, porque sus familias también la culpabilizan y les hacen pagar caro su “error”.
Aun así, muchas siguen dando la batalla y logran salir adelante contra viento y marea. Las vemos trabajando como cajeras, como vendedoras, como meseras, como domésticas, como obreras; las vemos en las guaguas, en el Metro, en los conchos, caminando en nuestras calles con sus libros en la cartera camino al liceo, al instituto o a la universidad; las vemos como emprendedoras, levantando sus pequeños negocios; las vemos orgullosas de haber llegado a ser profesionales, superando mil y un retos.
Vamos a decirle SI a todas ellas, a las que están esperando su momento, su oportunidad y a las que están construyendo sus caminos. Sin juzgar, sin condenar, sin hacer alardes. Una palabra de aliento, una oportunidad de trabajo, una enseñanza, un buen ejemplo. Vamos a demandar guarderías, ejecutorias al primer empleo, salarios competitivos, reconocimiento social a los empleados proveedores de servicios. Vamos a regalar esperanza. Vamos a compartir conocimientos. El aliento a las Ninis es un regalo a futuro para formar la generación de relevo, porque nuestro país no pertenece solo a los chicos educados en los mejores colegios y universidades, con los mayores privilegios. El país que les demos en herencia a los jóvenes debe ser un país de oportunidades para todos y de dignidad para todos.