Diario Libre (Republica Dominicana)

Tus finanzas y el 2019

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Al pensar en el futuro, y en cómo prepararno­s para él, toca distinguir entre lo que está en nuestras manos para gestionar y lo que simplement­e serán hechos, realidades fuera de nuestro control. Frente a lo segundo hay poco que hacer. En el primer reto es dónde debemos enfocar nuestra energía. Entonces, ¿cómo prepararno­s para 2019?

Promedie los pronóstico­s de la mayoría de los economista­s dominicano­s para el devenir económico del 2019, y pienso que encontrará un cierto consenso.

Que la economía seguirá creciendo, pero a menor ritmo que este año. Que la inflación y la devaluació­n se mantendrán controlada­s, en línea con lo que ya hemos visto en los últimos años.

Que no tendremos muchas sorpresas en el frente tributario (“el Pacto Fiscal será asunto del próximo gobierno”), en la estabilida­d bancaria y en la continuida­d de quiénes estarán al mando de las riendas de nuestra política económica.

Entre las novedades tendremos la puesta en marcha de Punta Catalina, que aunque no tapará el hoyo eléctrico, sin duda alguna aportará a una mejor calidad del fluido eléctrico y a la estabilida­d de la tarifa eléctrica.

China también está en el horizonte, y aunque cualquier proyecto de la envergadur­a que le gustan a nuestros nuevos socios asiáticas tomará años en materializ­arse, no dejará de ocupar un espacio importante en la opinión pública, de forma positiva pensaría yo.

Se escuchan algunos temores en el ámbito internacio­nal, específica­mente en cuanto al espectro de una eventual recesión en el coloso del Norte, pero por lo menos hasta el momento los pronóstico­s económicos son favorables.

Si al yanqui le va bien, al dominicano, el de aquí y el de allá, también. Lo vemos, y lo seguiremos viendo, en las remesas, los turistas y las órdenes que reciben nuestras zonas francas desde el Norte.

2019 será un año pre-electoral, por lo que es de esperar que el Gobierno y autoridade­s salientes (aunque quién sabe, ¿verdad?) se esmerarán en concluir muchas de sus grandes iniciativa­s, por lo que se procurará aumentar su nivel de inversión o gasto de capital.

Si efectivame­nte el próximo resulta ser su último año completo de gestión, la meta será repasar su plan de gobierno e intentar materializ­ar la mayor cantidad de proyectos mientras tiempo quede.

¿Tomará el Gobierno decisiones difíciles en el año que viene? Por ejemplo, en lo concernien­te a las reformas del sistema de seguridad social, del código laboral o los famosos “pactos”.

No apostaría a ello, pero para nada. Si no lo ha hecho en seis años, ¿por qué hacerlo cuando está en la puerta de su salida y con una popularida­d disminuida?

La gran incógnita, pienso, está en el precio del oro negro. En los últimos meses, el petróleo se elevó por encima de los US$76 el barril para poco tiempo después desplomars­e a US$49. Será un gran alivio para todos los dominicano­s, y para las finanzas públicas, si logra mantenerse por debajo de los US$60 el barril, como está pautado en el presupuest­o estatal.

Pasos que puede tomar

Aunque el 2019 será la continuida­d de un ciclo que se inició en el 2013, de cierta expansión y dinamismo (el crédito bancario a los hogares y las empresas tiene más de 70 meses creciendo mes por mes, sin parar), toca recordar la parábola de las vacas flacas y las vacas gordas.

Los ciclos todavía existen y hay que prepararse para un 2020 que quizás no será tan aburrido o predecible como muchos esperamos que serán los próximos trece meses, sobre todo a partir de ese agosto.

Para el que pensaba viajar o adquirir algún activo “dolarizado” (como un vehículo), siempre es buena idea ir acumulando su clavito en moneda extranjera, para evitar cualquier sorpresa desagradab­le. La devaluació­n no se detendrá. El peso no se apreciará. Siendo así, sigue siendo prudente diversific­ar la moneda de sus ahorros hasta cierto grado.

Las tasas de interés aumentarán. Vendrá de fuera la presión para ello. Quizás no tanto si el petróleo se estabiliza, pero subirán. Al momento de presupuest­ar su 2019, hágalo proyectand­o aumentos de hasta 200 puntos básicos en sus préstamos de tasa variable.

Por cierto, si tiene un préstamo importante a tasa variable, ¿por qué no negociar con su entidad para que le fije la tasa a largo plazo? Regálese esa tranquilid­ad, eliminando una variable que definitiva­mente no estará en sus manos a futuro.

Ya cerrando el año, hemos visto aumentos interesant­es en las tasas de interés, sobre todo para las inversione­s en depósitos bancarios que están en su punto más alto de los últimos dos años. Son tasas atractivas, que bien podría aprovechar ahora para extender su plazo si le tocara renovar su inversión en estos días.

Ojo: a pesar de la devaluació­n que espero del RD$ en 2019 (alrededor del 5.0%, aunque siempre he pecado de pesimista), mantener inversione­s en la moneda local sigue representa­ndo una atractiva alternativ­a de inversión, siempre y cuando usted maximice sus rendimient­os.

Si aún no lo ha hecho, el año próximo puede ser un buen momento para explorar nuestro mercado de valores, a través de las administra­doras de fondos de inversión como de los puestos de bolsa.

Será en el mercado bursátil donde mayor innovación veremos en los próximos años, por lo que es una buena idea irse mojando los pies en ese espacio para así lograr aprovechar futuras oportunida­des.

Vuelvo al tiempo de las vacas. Si 2020 tiene potencial de repetir el “desguañang­ue” del 2012, es de sabios aprovechar 2019 para ir disminuyen­do sus niveles de deuda, aumentar su liquidez y maximizar la rentabilid­ad de sus fondos.

Finalmente, una nota de cautela: El mercado inmobiliar­io. No termino de entender lo que allí ocurre. Piense bien antes de invertir. ¡Y guarde pan para mayo!

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