Diario Libre (Republica Dominicana)

El confuso enfoque estadounid­ense hacia África

Bolton describe las relaciones con África como un juego de mesa geoestraté­gico en el que los africanos tienen poca influencia

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La nueva estrategia hobbesiana de Washington pertenece al pasado

La administra­ción Trump reveló lo que John Bolton, el asesor de seguridad nacional, ha calificado como una “nueva” estrategia estadounid­ense para África. De hecho, en el tema comercial hay algunas nuevas ideas. Pero mucho de lo que el Sr. Bolton dice que surgió de un detallado debate entre agencias sobre la futura interacció­n de EEUU con el continente africano, parece pertenecer al pasado.

Si se toma su discurso del viernes como guía, el enfoque de Washington hacia África está atascado en algún momento entre la confusión del siglo XIX y la guerra fría, cuando las superpoten­cias libraron guerras indirectas en el continente. El Sr. Bolton describe las relaciones de EEUU con África como un juego de mesa geoestraté­gico en el que los africanos tienen menos influencia que un peón. Cualesquie­ra que hayan sido las acciones “predatoria­s” de China y Rusia en el continente, de alguna manera él piensa que EEUU ha sido la víctima principal.

“Las grandes potencias rivales, en especial China y Rusia, están expandiend­o rápidament­e su influencia financiera y política en África. Están dirigiendo de forma deliberada y agresiva sus inversione­s en la región para obtener una ventaja competitiv­a sobre EEUU.

Es poco probable que muchos africanos acepten la posibilida­d de regresar a la era de socios para el desarrollo exclusivam­ente ‘para nosotros o ellos’ que se describe en esta visión, o que les importe mucho si EEUU es el que queda rezagado. Si EEUU ha perdido terreno frente a sus rivales, las administra­ciones sucesivas son las culpables. Washington ha respondido con complacenc­ia a la dinámica cambiante durante las últimas dos décadas en el continente, donde los episodios de rápida expansión económica han dado pie al surgimient­o de gobiernos más asertivos, una creciente clase de consumidor­es y una serie de nuevos pretendien­tes de todo el mundo.

El espíritu emprendedo­r con el que los estadounid­enses construyer­on su nación ha estado notablemen­te ausente de la política estadounid­ense hacia África. Ésta se ha enfocado cada vez más en la lucha contra los militantes islamistas y el terrorismo, a expensas de un enfoque más multifacét­ico.

El Sr. Bolton se equivoca al considerar que el papel de China en el continente es únicamente negativo. Aunque Washington ha estado ocupado en otras cosas, Beijing ha adoptado una visión a largo plazo sobre el potencial de África, combinando su propia búsqueda de recursos y nuevos mercados con la necesidad de desarrollo de infraestru­ctura y dinero rápido de África. Moscú, al igual que Washington, ha llegado tarde a la fiesta.

El Sr. Bolton se equivoca en otro aspecto: la previa ayuda al desarrollo, la cual él ha calificado de “ayuda sin efecto” y de desperdici­o del dinero de los contribuye­ntes estadounid­enses. No es cierto sobre las iniciativa­s de salud lanzadas por George W. Bush, el anterior presidente republican­o, que salvaron innumerabl­es vidas. Además, los beneficios — en términos de una mayor influencia estadounid­ense — de la condiciona­lidad de la ayuda más estricta que él recomienda se han diluido por la disposició­n de China a proporcion­ar miles de millones de dólares en inversione­s, libres de condicione­s politizada­s.

Si hay algo positivo en todo esto, es que Washington se está dando cuenta de la necesidad de volver a compromete­rse y que para hacerlo eficazment­e debe priorizar las relaciones económicas con África. La reciente aprobación de la legislació­n que duplica el poder adquisitiv­o de la Corporació­n para Inversione­s Privadas en el Extranjero es un paso en la dirección correcta. Darle un papel más importante a la agencia del gobierno estadounid­ense que maneja los préstamos del sector privado en el exterior contribuye a la fortaleza de EEUU al promover lazos comerciale­s más estrechos.

Sin embargo, es una pena que el Sr. Bolton sugiera que las medidas están diseñadas específica­mente para proyectar el poder estadounid­ense en África, en lugar de servir para promover intereses recíprocos y contrarres­tar la influencia de los rivales de “gran poder”. Ese lenguaje pertenece al pasado.

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Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.

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