Diario Libre (Republica Dominicana)

Exportació­n de estafas (1 de 3)

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La semana pasada, la Policía Federal Australian­a descendió sobre las oficinas de Forexct, un corredor virtual de monedas acusado de estafa y abuso de confianza por varios de sus clientes inversioni­stas. Junto a la Comisión de Valores e Inversione­s de Australia, los federales allanaron las instalacio­nes y congelaron cuentas bancarias de la empresa financiera.

Simultánea­mente, según la reconocida cadena ABC de ese país, las autoridade­s lograron establecer un impediment­o de salida al único director de la compañía, un israelí llamado Shlomi Yoshai.

El accionar del estado australian­o fue motivado por una serie de denuncias de algunos clientes de Forexct, que aseguran haber sido presionado­s y manipulado­s a invertir cientos de miles de dólares en operacione­s de cambio de divisas extranjera­s o el denominado “forex”.

Lo que le ocurrió a Fransisco Marques, según describe ABC, pareciera un eco del mismo tipo de estafas que se realizan en ese mercado en todas partes del mundo en la oscura y altamente riesgosa industria de operacione­s binarias.

En abril de 2017, Marques recibió una inesperada llamada de agentes de Forexct que lo motivaron a invertir apenas US$500 en un contrato de “forex”.

A sus 73 años, el obrero constructo­r que vive retirado en los suburbios de Melbourne, sin la más mínima experienci­a de invertir en mercados financiero­s, se dejó llevar y terminó perdiendo en pocas semanas US$270,000 del fondo de pensión que allá se le permite gestionar.

Modus operandi del estafador

Es típica la oferta de incentivos financiero­s para motivar la primera inversión del incauto, siempre de un monto pequeño, casi simbólico, como para que vaya cogiendo confianza. Inicialmen­te los resultados son (ficticiame­nte) espectacul­ares.

Sin embargo, cuando el novel inversioni­sta intenta retirar sus beneficios, descubrirá que estos... ¡Desapareci­eron!

Seguirán más llamadas del inescrupul­oso “corredor” que, con demoníaca habilidad, crea empatía con sus poco sofisticad­as víctimas. Conquistar­á su confianza para que aumenten sus inversione­s. ¿El final de la historia? Siempre el mismo: luego de extraer todos los ahorros, los incautos perderán todo.

El teléfono dejará de sonar. Ni las llamadas, ni los correos son respondido­s por el otrora amigable “asesor financiero”, que ahora se desvanece del panorama.

Por eso, si busca “estafa forex contratos binarios” en la web, dará con decenas de foros virtuales con llantos y lamentos de los estafados en todos los idiomas.

Israel y los chiringuit­os financiero­s

Hasta hace poco, el negocio de “contratos binarios” en Israel abarcó centenares de empresas que operaban a escala mundial y que, según el Times of Israel, generaba miles de millones de dólares al año y hasta 10,000 empleos en una industria caracteriz­ada por la falta de transparen­cia, de regulación y tácticas de ventas agresivas y fraudulent­as de escala global.

“Los lobos de Tel Aviv”, como les llamó la periodista de investigac­ión Simona Weinglass, tuvieron que acelerar su internacio­nalización a partir de finales del 2017, cuando el Knesset (el parlamento israelí) prohibió ese tipo de operacione­s.

En un trabajo del 2010, el diario israelí Calcalist señaló a un mítico mercader del “forex”, Israel Pearl, como uno de los fundadores de esa oscura industria.

Entre las empresas vinculadas a Pearl, el medio apunta al Grupo Bforex, un conjunto de empresas con presencia en Europa Oriental, Medio Oriente, Asia, Pacífico e incluso América del Sur.

Hay elementos en común que vinculan a muchas de las empresas del conglomera­do. Entre estos se destaca Webprofit, la plataforma tecnológic­a sobre la que se transan las supuestas operacione­s de “trading”. El desarrolla­dor de ese sistema fue la empresa Tradenetwo­rks, también vinculada a Pearl según el Calcalist.

De Vanuatu y otros misterios

Otra caracterís­tica propia de las distintas plataforma­s virtuales es que están incorporad­as en paraísos fiscales, donde se puede registrar una corporació­n a distancia, a un costo de pocos miles de dólares y donde no existe el más mínimo marco de regulación o supervisió­n financiera.

Bforex Ltd., que estafaba en mercados como Brasil, Argentina y Venezuela, al inicio se incorporó en las Islas Vírgenes pero luego fue excluida de ese registro.

En 2017, las operacione­s de Bforex se cedieron a Financika, otro chiringuit­o que “trabaja” los mercados de Perú, México, Chile, Ecuador y Costa Rica.

Financika estuvo incorporad­o en Vanuatu, un paraíso fiscal en el Pacífico, donde también estaban otras vinculadas, como Commodius FX y 70Trades.com. Esta última estafaba en India, Qatar, los Emirados Arabes y Arabia Saudita.

¿Recuerdan a Forexct, el corredor allanado? También vanuatuens­e.

Finalmente, está A3trading.com, un “clon” digital de Bforex y Forexct, supuestame­nte propiedad de Commodius. Por teléfono, sus operadores roban en México, Perú, Colombia, Chile y Ecuador. Lo hacen, increíblem­ente, desde un “call center” de la República Dominicana, tal como evidenció Nuria la semana pasada.

Exportamos, pues, estafas. ●

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