Diario Libre (Republica Dominicana)
No quiere hablar desde el dolor, sino desde la esperanza
HERMANAS MIRABAL. El río que atravesó todos los días para llegar a su escuela en su natal Blanco al Medio, en el municipio Tenares, no anegó los sueños ni apagó la llama de las inquietudes de Evangelina Abreu de la Cruz, la joven de 28 años que no ve fronteras, pese a la discapacidad física con la que vive, en una tranquila comunidad de Salcedo.
La que fue alumna sobresaliente, lectora voraz y de voz cuidada, se sabe llena de talentos, y no quiere que se le reconozca por su condición física ni atraer lástima por sus limitaciones económicas o por su historia familiar, sino por sus capacidades y aptitudes.
Evangelina, con una discapacidad física congénita que a veces ella misma olvida tener, es la recién graduada que arrancó ovaciones y lágrimas, durante el acto de investidura de la Universidad Abierta para Adultos (UAPA) en Santiago. A esa academia viajó todos los días, desde el barrio San José Afuera, en Salcedo, donde reside, para titularse en Psicología Clínica, una carrera en la que dice tiene mucho que aportar.
Matricularse, acudir a diario a la universidad, y cumplir con sus responsabilidades curriculares, fue posible gracias a una red de apoyo o de “ángeles” que Evangelina está segura Dios puso en su camino, para suplirle del transporte, de ida y vuelta a la universidad, el internet, el pago de la academia y la alimentación.
La muchacha, que anda su casa de esquina a esquina, asea su vivienda, hace la cama, cocina, la mantiene impecable y todo es porque se siente independiente. “A veces se me olvida que tengo esta condición” sostiene, cuando, al recibirnos en su terraza, se acomoda, por sí sola, en la silla donde conversa para Diario Libre.
Hija de Antonio y Antonia Abreu de la Cruz, la joven no quiere hablar desde el dolor, sino desde la esperanza, por lo que no utiliza sus días y años difíciles en la niñez, para crear empatía con las emociones de la gente, sino que revierte sus experiencias negativas en historias de fe que quiere contar para levantar a los demás.
La joven profesional tiene una meta inmediata: conseguir un empleo, en el que desea poner en práctica sus habilidades y su amor por el servicio. ●