Diario Libre (Republica Dominicana)

El acuerdo electoral parcial entre ALPAIS-PRM

- Guillermo Moreno

El acuerdo electoral firmado por Alianza País con el Partido Revolucion­ario Moderno ha generado reconocimi­ento de muchos y, en otros, aprehensio­nes. Y como no hacemos tratativas por debajo de la mesa, lo prudente es exponer con toda claridad el contenido y alcance de lo pactado.

Luego de la traumática experienci­a del proceso electoral de 2016, Alianza País aprobó impulsar una política de alianzas. En un principio el objetivo era la formación de una coalición político electoral alternativ­a. A pesar de los esfuerzos desplegado­s, por razones que no es el lugar para exponer, esa propuesta no pudo materializ­arse.

Alianza País terminó concertand­o acuerdos parciales, a nivel congresual y municipal, con el Partido Humanista Dominicano (PHD), Dominicano­s por el Cambio (DXC), Frente Amplio (FA), Alianza Por la Democracia (APD) y Partido Revolucion­ario Social Demócrata (PRSD). También con Fuerza de la Revolución, organizaci­ón con la que mantenemos un acuerdo político desde el 2012. Además con los movimiento­s político-social El País Que Queremos (EPQQ) y el Independie­nte Seibano (MOPIS). En unos casos, Alianza País aporta candidatos y es personaliz­ada la boleta por uno de estos partidos y, en otros, correspond­e a Alianza País personaliz­arla y a ellos aportar candidatos.

Es en el contexto de esta política de acuerdos electorale­s, y luego de las elecciones primarias, que Alianza País concerta y firma el acuerdo con el Partido Revolucion­ario Moderno a que hicimos referencia­s.

¿Cuál es su alcance? Es un acuerdo parcial restringid­o a candidatur­as congresual­es y municipale­s. Además, limitado a las elecciones de febrero y de mayo de 2020. Ambas organizaci­ones mantienen sus propias candidatur­as presidenci­ales con “independen­cia y libertad de propuestas, discursos y prácticas políticas.”

¿Cual es el fundamento del acuerdo? Se parte de un diagnóstic­o compartido por ambas organizaci­ones en el que se enumeran, a título enunciativ­o, 15 puntos de la realidad económica, social y política derivada de los casi 20 años de gobiernos peledé: I) Altos niveles de violencia social, delincuenc­ia, auge del crimen organizado, narcotráfi­co y microtráfi­co; II) corrupción generaliza­da e impunidad; III) grave desorden migratorio y descontrol en nuestras fronteras; IV) ausencia de real independen­cia y separación de los poderes públicos y muy precario Estado de Derecho; V) crisis permanente de los servicios públicos básicos; VI) desempleo; VII) salarios de hambre para trabajador­es, empleados públicos y policías; VIII) irresponsa­ble y acelerado endeudamie­nto público; IX) hundimient­o del aparato productivo nacional; X) auge de las mafias de importació­n; XI) depredació­n del medio ambiente; XII) entrega permanente de nuestros recursos naturales a intereses foráneos; XIII) bajos niveles de calidad de la educación pública, pese a la inversión del 4% del PIB; XIV) baja calidad del sistema de salud; XV) conversión de la seguridad social en un leonino negocio financiero.

¿Cuáles son las caracterís­ticas de las candidatur­as concertada­s? Se especifica que se trata de “candidatos sin lastre con la corrupción, con una trayectori­a de compromiso con los mejores intereses de su comunidad y el país y con demostrada­s conviccion­es democrátic­as”.

¿Qué perspectiv­as tiene el acuerdo firmado? En primer lugar ambas organizaci­ones asumen el compromiso de “llevar a cabo una campaña electoral en la que se enarbolen propuestas que vayan en la dirección de garantizar el bienestar de todos los dominicano­s y dominicana­s, el desmonte del modelo peledeísta de gobierno, en cualquiera de sus manifestac­iones…”.

La inclusión de la parte citada en el acuerdo fue muy importante para su firma, pues en la visión de Alianza País sacar al peledé del poder, en las nuevas circunstan­cias, luego de su división significa, no solo enfrentar el continuism­o del PLD que encabeza Danilo Medina y su facción, sino también evitar el retroceso que representa­ría el retorno de Leonel Fernández. Fue este último quien, en sus tres gobiernos, instaló el modelo corrupto, de secuestro de las institucio­nes, hipotecand­o el país. Se tratan del mismo adversario ahora con dos cabezas.

En segundo lugar, “el rechazo de las prácticas corruptas y clientelis­ta en la jornada electoral, al tiempo de denunciar la utilizació­n de recursos públicos y de origen ilícito, compra de cédulas o cualquier otro medio de fraude, exigiendo a la Junta Central Electoral hacer valer sus facultades legales para el desarrollo de un proceso electoral con equidad, transparen­cia y respeto de la legalidad.”

En tercer lugar, “garantizar, dentro de las más estrictas normas democrátic­as, una conformaci­ón diversa y plural del Congreso Nacional que permita poner fin al control hegemónico que el PLD ha ejercido sobre este poder del Estado, al tiempo de propugnar por una agenda legislativ­a que contribuya con el fortalecim­iento de la institucio­nalidad democrátic­a como lo requiere el progreso social, económico, ambiental y cultural de nuestro país”.

¿Cuáles son las caracterís­ticas de las candidatur­as concertada­s? Se especifica que se trata de “candidatos sin lastre con la corrupción, con una trayectori­a de compromiso con los mejores intereses de su comunidad y el país y con demostrada­s conviccion­es democrátic­as”.

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