Diario Libre (Republica Dominicana)
CARTAS DE LECTORES
Envíe sus cartas a: cartas@diariolibre.com Av Abraham Lincoln esq. Max Henríquez Ureña, Santo Domingo Diario Libre se reserva el derecho de publicar, extractar o resumir las cartas. No se mantendrá correspondencia con sus autores. a ciudadanos preocupados por la situación de la movilidad, patrocinamos el Informe I de Movilidad y Educación Vial, realizado por la empresa Sigma2, que reflejó que el 71% de los entrevistados consideraba la situación del tránsito como mala y muy mala y el 27. 6% señaló la falta de educación vial de los ciudadanos.
Han pasado 3 años y la situación continúa agravándose en lo más obvio, los accidentes de tránsito, sobre todo aquellos que generan la pérdida de una vida humana. La mayor parte de los accidentes son causados por las imprudencias ocasionadas por la falta de educación vial y de conciencia de los ciudadanos y definitivamente por la tolerancia de las autoridades.
Las muertes por accidentes de tránsito continúan siendo el termómetro más fuerte del problema de seguridad vial y caos del tránsito de nuestro país. Muchas vidas se han perdido en nuestras carreteras y avenidas. No se ha cuantificado la cantidad de recursos que se invierten en la recuperación de los sobrevivientes de accidentes. No existe data del impacto posterior en sus vidas y los que de estos dependen, tampoco tenemos publicada oficialmente la cantidad de accidentes que ocurren diariamente en nuestras calles. En consecuencia no entendemos la gravedad ni el alcance del problema que es el primer paso para encontrar solución. Las instituciones gubernamentales, a casi 3 años de haber promulgado la Ley 63-17 sobre Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, continúan ocupadas construyendo las “estructuras” para hacerla cumplir. Es necesario que estas instituciones asuman su rol de regulador y hagan cumplir la ley sin importar quien sea el ciudadano. Es de emergencia implantar normas y una política de cero tolerancia en un país donde la imprudencia es la normalidad. Iniciemos desde nuestros hogares, con nuestros hijos modelando una conducta prudente en todo momento.
María Vásquez