Diario Libre (Republica Dominicana)
Lo mejor de cada uno
Le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir. Lo dijo Jorge Luis Borges y si lo dice Borges debe ser cierto. Todas las generaciones pasan por momentos críticos. Y nuestros padres y abuelos vivieron tiempos sumamente difíciles. Esta epidemia no es nada comparado a la crueldad y el horror de las grandes guerras o los invencibles desastres naturales.
La pandemia encuentra el mundo, dicen los científicos que también ven el lado bueno de la vida, en el mejor momento científico y de conocimientos médicos para atajarla. La mortalidad es alta en pacientes con condiciones previas y se contagia de una manera anormalmente rápida. Pero se cura.
Y el problema es más de escala social que personal. En las redes, en los medios, los médicos de los países más afectados no dejan de alertar que el verdadero problema es el colapso de los sistemas de salud. La avalancha. Piden responsabilidad personal para lograr el bien común. Quedarse en casa, la primera condición para evitar contagios.
Alarman las consecuencias económicas que tiene desconectar un mundo hiperdependiente, hiperconectado. Las grandes epidemias de la humanidad se extendían a paso lento. Llegaban en barco o a lomos de un caballo. No somos conscientes de lo íntimamente relacionados que vivimos, que los seis grados de separación ahora parecen muchos.
El turismo, nuestra gran fuente de divisas, se resentirá y con él, muchos otros sectores. Por ahora, ese es el gran peligro para el país.
Lo mejor, y lo peor de cada persona y de cada grupo, se evidencia en estas crisis. Qué dirá de nosotros este coronavirus empieza por ser una decisión personal.