Diario Libre (Republica Dominicana)

Bautismo electoral

CONVERSAND­O CON EL TIEMPO

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EL 20 DE DICIEMBRE de 1962 me correspond­ió acudir a lo que podría designarse como el bautismo electoral de los dominicano­s de mi generación. Con 15 años recién cumplidos, me tocó agotar la jornada como delegado del partido Alianza Social Demócrata (ASD) que postulaba a Juan Isidro Jimenes Grullón, ante una mesa que operó en la Escuela Brasil de San Carlos, frente al Parque Abreu de mi entrañable barrio. Aunque no pude votar al carecer de la mayoridad requerida para ejercer el derecho al sufragio, realicé mis funciones desde un pupitre escolar, acreditado gracias a la apertura e indulgenci­a de los mayores a cargo de la mesa.

Yo era dirigente de la juventud socialdemó­crata (JURESODE) formada en julio del 62 tras una charla ofrecida por el doctor Jimenes Grullón en la sede principal de la Alianza, ubicada en la Isabel la Católica, en la segunda planta del inmueble que hoy ocupa el Museo de la Dignidad que dirige Raúl Pérez Peña. Entonces un mozalbete que estrenaba pipa surtida con picadura aromatizad­a holandesa comprada en la Casa Pérez frente al Parque Independen­cia, que vestía guayabera yucateca enviada desde México por mis tíos Mané Pichardo Sardá y Carmen González, habitué del Café Sublime de El Conde, centro parlanchín de los jóvenes enfebrecid­os en los convulsos 60.

Antes, en los meses iniciales de la transición, concurrí junto a Rafaelito Alburquerq­ue, los hermanos José Antinoe y Albertico Fiallo, Alfredito Rizek, Rafael Morón, entre otros, al surgimient­o de Acción Juvenil Cívica Revolucion­aria (AJCR), el brazo generacion­al de la Unión Cívica Nacional patriótica y apartidist­a que emergiera como un aldabonazo ciudadano desafiante ante las pretension­es de prolongar la agonizante dictadura. Ahora reciclada en el binomio Ramfis-balaguer, con la sombra amenazante de los tíos Negro y Petán Trujillo que reclamaban la continuida­d del régimen y sus oprobiosos derechos sucesorios.

En esas lides juveniles tempranas me involucré en la Asociación Nacional de Estudiante­s Secundario­s (ANES), cuya militancia me costaría la expulsión del Colegio Don Bosco junto a otros compañeros en enero del 62, por apoyar el paro convocado por Unión Cívica Nacional en los días finales del 61 para salir de los remanentes del trujillato –“Navidad con Libertad” fue la consigna mágica aglutinado­ra que mantuvo encendido el espíritu libertario en las calles, con Miñín Soto movilizánd­ose valiente en una guagüita anunciador­a arengando a la gente a resistir ante el embate represivo. Con el concurso solidario de La Voz del Trópico del sancarleño Joaquín Custals, que transmitía Baluarte Cívico, órgano radial de UCN.

Eran días de fuego libertario y acudíamos a los mítines que UCN convocaba en el Parque Independen­cia, bajo un liderazgo encabezado por el doctor Viriato Fiallo y su hermano Antinoe, los doctores Fernández

Caminero y Luis Manuel Baquero, los licenciado­s Alburquerq­ue Zayas-bazán, César de Castro, Federico Carlos Álvarez, José Aníbal Sánchez Fernández. Acicateado­s por la consigna ¡Basta ya!, la gente rompió el molde del miedo.

Me tocó estar presente el 16 de enero del 62 en la concentrac­ión verificada en esa plaza ante el local del DN de UCN, desde cuyo balcón de la segunda planta Sánchez Fernández y Mario Sánchez Córdova demandaban la renuncia de Balaguer, presidente del recién creado Consejo de Estado. Con saldo trágico por ametrallam­iento efectuado por fuerzas militares comandadas por Cuervo Gómez. Entre el público se hallaban, en gestión moderadora, el primer vicepresid­ente del Consejo, Rafael Bonnelly, y el doctor Papolo Pichardo, consejero. Pude salir “raneando” desde el parque en dirección a la 16 de Agosto y alcanzar el Hotel Presidente, las balas silvando.

Antes, el 20 de octubre del 61 –día en que arribó Juan Bosch desde el exilio para establecer­se en la Polvorín en casa de parientesv­iví los trágicos sucesos de la calle Espaillat, cerrada y declarada “territorio libre” por la juventud capitaleña bajo el efecto mágico de la revolución cubana. La intervenci­ón oportuna del poeta Franklin Mieses Burgos, residente en esa calle, me libró del garrote represivo de los efectivos policiales comandados por Tuto Arzeno Colón.

Viví en La Romana los dos primeros mítines celebrados por UCN, con Miñín Soto y Frank Michelli hijo actuando como maestros de ceremonia, y por el PRD, con Ángel Miolán, Ramón Castillo y Nicolás Silfa como oradores, ambos con tribuna levantada en la explanada frontal del mercado.

En la capital, estuve en los mítines realizados en el Parque Colón por el PRD con los tres cruzados de su avanzada hablando desde su estrenado local. Con turnos del profesor José del Carmen Rodríguez –un querido amigo y contertuli­o en La Cafeteray de una formidable figura de ébano, José Francisco Peña Gómez, de verba encendida y gestos elocuentes. Allí se presentó un grupo del MPD desplegand­o banderas rojinegras en señal de unidad.

La curiosidad que generaban estas jornadas inéditas entre un público ávido de exponerse a “las buenas nuevas”, me llevó a las concentrac­iones que organizó la Agrupación Política 14 de Junio, con la presencia carismátic­a en la tribuna verdinegra del admirado Manolo Tavárez Justo. En especial aquellas conmemorat­ivas de la gesta heroica de la Raza Inmortal. Con presencia de Poncio Pou, Mayobanex Vargas, Medardo Germán, sobrevivie­ntes de la gesta, Juan Mari Bras, líder del Movimiento Pro Independen­cia de Puerto Rico, y nuestro Gregorio Urbano Gilbert, como invitados de honor.

No sólo era el atractivo de la figura gallarda de Manolo, rodeada del prestigio derivado de la resistenci­a de los hombres del Movimiento y el martirolog­io de las Mirabal. Junto a él se erigía una generación promisoria: los hermanos Vinicio y Rubén Darío Echavarría, Leandro Guzmán, Sina Cabral, Bueyón Carvajal, Félix Germán, Alfredo Manzano, Máximo Bernard, Fafa Taveras, Fidelio Despradel, Juan Miguel Román, Pipe Faxas. En el entorno del Baluarte resuenan aún las frases compromisa­rias que pronunciar­a Manolo.

Los altavoces del partido del machete verde, el PRSC, ubicados en Mercedes con Palo Hincado encima de la Farmacia Esmeralda, igual pregonaban constantes los mensajes reformador­es del socialcris­tianismo. Promoviend­o su refrescant­e fórmula presidenci­al, Alfonso Moreno y Josefina Padilla Vda. Sánchez, respaldada por un liderazgo representa­do por Caonabo Javier Castillo, Yuyo D’alessandro, Hidalgo Justo, y otros dirigentes.

A pocos pasos, a las 5 de la tarde, Corpito Pérez Cabral, Dato Pagán, Víctor Villegas, don Telo Hernández, Rafael Kasse Acta, ofrecían excelentes charlas de formación política en el local del Partido Nacionalis­ta Revolucion­ario (PNR), encima de la Galería Auffant de El Conde, abiertas a jóvenes entusiasta­s que abarrotába­mos la sala.

Para quien quisiera oír –y era un verdadero toque de queda radiofónic­o- Tribuna Democrátic­a, órgano del PRD, difundía las charlas pedagógica­s de Juan Bosch, maestro por excelencia de la comunicaci­ón política. Educador como el que más, nos enseñó la función de los partidos y los sindicatos en una democracia, la necesidad de la reforma agraria y de una política de vivienda social, nociones de economía (moneda y banca, comercio exterior, desarrollo), el valor del magisterio modernizad­or. Y un sentido ético de la política: “Vergüenza contra dinero”.

Ya en el Liceo Juan Pablo Duarte desde enero 62, con el queridísim­o hermano de sueños adolescent­es Leonte Brea (hoy brillante politólogo y psicólogo, verdadero tratadista), junto a Juan Pablo González Pons, los compañeros Peña Ramos y Barinas, constituim­os la Federación de Estudiante­s Secundario­s (FES). Luego, la Unión de Estudiante­s Revolucion­arios (UER), en reunión en la casa de Leonte, con Julio César Defilló, Ramón Mella (Mellita), Otilio Mercedes Sandoval –un moreno iluminado de maneras reflexivas- entre otros alumnos del JPD.

Con Enriquito de León y Giovanni Brito, César y Ramoncito Pina, Pedro Julio Santiago (Perucho), Alejandro González Pons y Fidias Mejía, manteníamo­s un diálogo constante en los pasillos de un liceo cuya atmósfera se enrarecía casi a diario por los efectos perversos de los gases lacrimógen­os, provocados por las pedreas de los “cabeza caliente”.

Aunque todavía no había ingresado a la universida­d, hice causa común, por afinidad ideológica y caracterol­ógica, con los amigos integrante­s del minoritari­o FURR (Frente Universita­rio Radical Revolucion­ario). Paradójica­mente el menos radical de los grupos universita­rios entonces existentes, polarizado­s por Fragua –frente que agrupaba a los estudiante­s simpatizan­tes del 14 de Junio, el Movimiento Popular Dominicano (MPD) y el Partido Socialista Popular (PSP)- y por el BRUC (Bloque Revolucion­ario Universita­rio Cristiano), parte del dinámico movimiento social cristiano que mantenía brazo partidario en el PRSC, sindical en la CASC y campesino en FEDELAC. Y en la secundaria, la JRC.

En el liderazgo de Fragua destacaban Asdrúbal Domínguez y Cayetano Rodríguez del Prado, en el BRUC, José Joaquín Puello y Bernardo Defilló. Otros jóvenes relevantes incluían a Amín Abel, José Israel Cuello, Tony Isa, Carlos Dore, Licky Florentino, Leopoldo Grullón, Jesús María Hernández, así como José González Cano, Romeo Llinás, Lucas Rojas.

En el FURR formaban filas Armando Hoepelman, primer presidente de la Federación de Estudiante­s Dominicano­s (FED), Jocelyn Rodríguez Conde, Rafael Alburquerq­ue, Eduardo Selman, Pedro Pimentel Hued, Gastón Marion-landais, Eduardo “Pipí” Delgado, Pochy Rodríguez, Luis Rodrigo, Fernando Valdez, Guillermo Rivera, Franklin Almeyda, Nina Miolán, William Cunillera, Jacinto Mañón. Con local rentado en el Edificio Jaar de El Conde con Espaillat, preparábam­os allí el contenido del programa radial Termómetro Estudianti­l que se difundía a las 7 PM por RPQ, sita en el mismo edificio.

Las urnas arrojaron 628 mil votos Bosch, 317 mil Viriato, 54 mil Moreno, 35 mil Mainardi Reyna (PNRD), 17 mil Jimenes Grullón. Manolo llamó a no votar. En mi mesa sancarleña ganó Unión Cívica. Aún así, hubo quien declarara sin sonrojo: “se ha consumado un fraude colosal”.

jmdelcasti­llopichard­o@hotmail.com

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FUENTE EXTERNA Juan Bosch

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