Diario Libre (Republica Dominicana)
Luce diferente
Es importante tener en cuenta que esta competencia se libra mayormente en el terreno económico, no político
Gustavo Volmar
En las lides políticas dominicanas, los candidatos compiten por conseguir apoyos claves. Las adhesiones de artistas, deportistas, sindicalistas, profesionales, líderes barriales y, por supuesto, empresarios, figuran entre las más valoradas. En otro contexto, también se procura atraer apoyos, excepto que de países, no de personas.
Nos referimos a la competencia entre los EE.UU. y China. Hasta el arribo a la Casa Blanca del actual presidente estadounidense, no se percibían con tanta claridad las gestiones para limitar la influencia de los chinos en los países latinoamericanos. Los EE.UU. se han percatado de que no hacen falta más casos como el de Venezuela para que China afiance su presencia en la región. Sus ofertas de inversiones y financiamientos pueden ser interesantes para cualquier país.
Es importante tener en cuenta que esta competencia se libra mayormente en el terreno económico, no político. Los países que han aceptado préstamos e inversiones chinas no lo han hecho porque admiren y deseen copiar sus estructuras políticas, jurídicas o sociales. No les atrajo ni su ideología ni sus métodos gubernamentales. Lo que les motivó fue su poder económico y su disposición de utilizarlo. Y como el escenario de la confrontación es económico, las armas de los contendientes son mayormente proyectos, dinero, turistas y tecnología, no doctrinas o tanques de guerra, al menos hasta ahora.
Un ejemplo relevante es el de la Argentina. Durante la última campaña electoral allá, los EE.UU. estuvieron claramente del lado del presidente Macri, frente a la oposición con Cristina Kirchner en su medio. Pero ahora, esa fuerza opositora ya en el poder no luce tan mala como antes al gobierno estadounidense. Se habla de invitaciones a Washington, ayuda en las negociaciones con el FMI, y ofertas alternativas para frenar las incursiones chinas en telecomunicaciones, energía atómica y explotaciones mineras, y la tecnología 5G es el primer punto en la agenda.