Esencialmente impredecible

Al carecer de un respaldo tangible, el bitcoin está sujeto a los efectos de cualquier cosa que pueda suceder

Estuvo fuera de las noticias. Otros temas, virales y electorales, lo mantuvieron lejos de las primeras planas. Pero el bitcoin sigue ahí, funcionando dentro de su peculiar círculo de usuarios. Desde mediados de diciembre pasado, cuando una unidad valía poco más de 6,500 dólares, subió de precio hasta superar en febrero los diez mil, para desplomarse un mes después a cerca de cinco mil.

Con el precio del bitcoin sucede lo mismo que con las predicciones de los terremotos. Se querría tener un instrumento para pronosticar un terremoto con al menos algunas horas de anticipación, y también se desearía tener la forma de anticipar las tendencias del mercado del bitcoin. Los intentos, en ambos casos, no han dado resultados satisfactorios.

La consecuencia es que tanto los terremotos como el bitcoin aparecen en las noticias después de que algo sucede con ellos. Como no se sabe de antemano lo que va a pasar, cualquier informe previo comparte muchas de las características de las adivinanzas.

Usando la más clásica de las formulaciones económicas, algunos analistas han previsto que el precio del bitcoin debe subir a medida que el crecimiento de su oferta desciende. Esto así porque en las reglas fijadas para su creación está establecido que el número de unidades que se otorga a quienes calculan las secuencias numéricas requeridas, declinará periódicamente a medida que aumenta el monto total de bitcoins en circulación. Y a menor crecimiento de la oferta, mayor debería ser la motivación a comprar antes de que el precio suba.

La verdad, sin embargo, es que al carecer de un respaldo tangible, el bitcoin está sujeto a los efectos de cualquier cosa que pueda suceder, desde amagos de guerra comercial e investigaciones de las criptomonedas, hasta la emisión de un dólar digital, la inestabilidad política, la libra de Facebook, las epidemias y el divorcio del Reino Unido y la Unión Europea.

El valor del bitcoin sigue siendo esencialmente impredecible.