Diario Libre (Republica Dominicana)
La duda y el duelo
¿Cuánto tiempo resiste un país cerrado? Se entienden las medidas asistencialistas del Gobierno porque hay gente, mucha, que si no sale a la calle... no come.
El momento, claro, se lee en clave electoral. La población que alcanzan a beneficiar las medidas anunciadas por Medina es enorme: 5.2 millones de dominicanos por un plan u otro. La buena noticia es que verán aliviada su situación. La mala, que las medidas son el parche que revela la fragilidad del desarrollo dominicano.
Faltan ayudas que protejan más y mejor a los generadores de empleo, que contengan el cierre de negocios. Esa es la duda... ¿cómo evitar la quiebra? Esos cierres arrastran a trabajadores formales que sin propinas no completan: camareros, delivery, peluqueras, manicuristas, comedores... También viven al día aunque tengan sueldo.
Para el PLD estas medidas pueden ser un empuje a la candidatura de mayo. Para el PRM, un freno al escenario que pintaban las encuestas. No era descabellado pensar que ganaba en primera vuelta. Pero esta pandemia ha cambiado el escenario político, no solo aquí: está en revisión la categoría moral y la capacidad ejecutoria de los líderes del mundo. También el de los grupos sociales.
Vemos un escenario de deshumanización que apabulla. Al dolor de la muerte se añaden los obstáculos para el duelo. No hay funerales, despedidas, abrazos de los amigos que reconfortan. No hay el ritual que permite hacer, de la manera más digna posible, el paso a la aceptación de la ausencia del ser querido. Y peor, se manejan terribles decisiones. En países europeos no se reservarán espacios en cuidados intensivos a los más mayores, que corren más peligro. Aquí también las pruebas. Como en una guerra, se elige curar al que más opciones tiene de sobrevivir.