Cansancio de campaña

Con la cantidad de rumores, de “bolas”, de noticias falsas, de acusaciones absurdas, de denuncias para todos los gustos y colores, la gente va a querer que las elecciones se decidan el 5 de julio solo para no tener que aguantar lo mismo en los 20 días que faltarían para la segunda vuelta.

Si los políticos han gastado más de 1,000 millones de pesos en una campaña sin movilizaciones, imaginen lo que hubiesen gastado si se hubiese podido hacer de todo, pues esta ha sido una campaña basada en la filantropía política del peor estilo, no importa cómo la disfracen.

Una campaña en la cual las denuncias más estrambóticas son lanzadas solamente para engañar incautos, pues por la forma y la oportunidad en que son hechas tienen garantía de poco efecto en el electorado y ninguno en la Justicia.

En el campo de las encuestas, la experiencia demuestra que las normas que establecen el registro de las firmas encuestadoras y la indicación de las personas o instituciones que las pagan son un fraude, pues ni garantizan la idoneidad del resultado ni los verdaderos patrocinadores del trabajo. O se buscan cerrojos para esta actividad o se modifica en la próxima reforma de esa mala ley.

Y, por supuesto, la experiencia también ha demostrado que la Junta Central Electoral no puede ser policía de los delitos que cometen todos los partidos, y ya nadie se acuerda del Fiscal Electoral, figura sin sentido, cuando lo que ha debido hacerse es despolitizar el Ministerio Público para que se encargue de todos los delitos, incluidos los electorales. ●