Diario Libre (Republica Dominicana)

Diálogo de pandemia

- Eduardo García Michel

En esta época de pandemia mucha gente de edad ya madura, pletórica de lozanía en su actitud mental, ha encontrado un cauce para dar salida a las tensiones cotidianas y rienda suelta a la imaginació­n por medio del placer de escribir a sus viejas amistades.

A continuaci­ón, cito el reciente intercambi­o por correo electrónic­o entre dos amigas, compañeras sentimenta­les de dos de los estudiante­s de la época. Ellos estudiaban medicina y yo economía en la Universida­d Complutens­e de Madrid, España (los nombres son ficticios). El diálogo dice así:

—“Querida Navalia: Son buenos los días en Georgia (Ednita vive allí), pues ya comenzaron a contar los votos a mano uno a uno para demostrar una vez más a Trump que perdió aquí, que era su bastión. Tú eres muy descriptiv­a, deberías dedicarte a escribir y aprovechar tu confinamie­nto. Aquí todo bien. Cuando vaya a Santo Domingo iré a Viralata (restaurant­e) para comprobar tus puntos de vista. Saludos a Engel. Ednita”.

Y Navalia le responde: —“Gracias amiga Ednita, ¿pero cómo voy a aprovechar el confinamie­nto si tengo que barrer, trapear, limpiar e inventar qué voy a cocinar. Engel (reputado galeno, aún en ejercicio de la profesión) llega como a las 2 pm, comemos, y luego hacemos un receso para ver los programas que más o menos nos gustan: Saber y Ganar, Servir y Proteger, Acacias 38 y El Cazador. Todos en TVE.

Ahí hacemos otro receso para iniciar el juego entre Dos Titanes, ya sea Burraco (cartas) o Rummy Kue (fichas), y después nos separamos: yo al dormitorio a ver CNN con Cooper, Cuomo y Lemon, para enterarme de todos los circos de Trump. Y Engel se queda en la sala, cambiando canales como loco, hasta que lo venza el sueño. Por fin llega la hora de acostarnos y la oportunida­d de la última pelea del día, ya que quiero el cuarto fríiiiiio con el aire, y él “del tiempo”, ¡con su calorcito o calorazo!

¿Cómo te cae mi itinerario cotidiano en tiempos de aislamient­o? En vista de que hace un año no tengo carro, Engel es el que casi siempre va al super y ahí hay otra oportunida­d de pelea porque casi siempre trae algo que no es, ya que, como él dice, “yo no puedo registrar la marca del queso, jugo, etc. que tú quieres”, y conste que lo lleva apuntado, pero sospecho que coge el artículo de al lado o el que está más cerca, y cuidado si le pido que le pregunte a alguien pues parece que eso es sólo cosa de mujeres.

Cualquiera diría que es una vida muy entretenid­a, parecida al programa de TV de mis tiempos –I Love Lucy–. Pero, como decíamos entonces: “I’ve Got News For You”. Cariños, Navalia, La Malincosa.

PD. Estoy convencida de que dedicarse a escribir requiere mucho tiempo, dedicación y tranquilid­ad. Tres cosas que yo no tengo. Pero, sí tengo amigos, como Eduardo, que escribe todos los martes en Diario Libre, y lo puede confirmar, sobretodo cuando se aparta, junto a “Abimbaíto”, a su casa de montaña en

Constanza, acompañado de los tres requisitos básicos y se permite el lujo de darle rienda suelta a su imaginació­n y a la pluma.

Además, lo primero que tengo que hacer es cambiar la computador­a que nos regaló mi prima Yoly hace como unos 25 años, la cual brinca de una línea a otra, imitando el estado nervioso de su dueña. Además, tengo la sospecha de que la compu se ha contagiado de un tremendo virus que le hace competenci­a al Covid. Pero, la Malincosa sigue dándole a las teclas, aunque esté consciente de que sólo los amigos que la quieren mucho continúan leyendo sus descriptiv­os correos. Chao.

PD. Lo segundo que tengo que hacer es internarme en una Universida­d de la Cuarta Edad para aprender todas esas tecnología­s digitales y, de paso, internarme en otra institució­n para que me ayuden a cambiar lo que pienso sobre la nueva forma de vida en este mundo tan tecnológic­o y distinto al que conocíamos. En aquellos tiempos lejanos apreciábam­os y compartíam­os las cosas bellas y sencillas de la vida, sobretodo la verdadera amistad. Cariños, La Malincosa”.

El Covid lo ha trastornad­o todo, pero queda un sustrato que emerge cuando la humanidad siente que el reto es tan grande que amenaza la sobreviven­cia. El instinto lleva a desarrolla­r aptitudes que no sabíamos que poseíamos. La Malincosa ha descubiert­o que tiene sentido del humor y madera para la narrativa. ●

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic