Diario Libre (Republica Dominicana)

Concertaci­ón 2021: Hacia los pactos necesarios

- Nelson Espinal Báez* *Associate Mit-harvard Public Disputes Program at Harvard Law School.

El Gobierno central tiene múltiples procesos de diálogo y negociació­n en este 2021 que definirán la salida de la crisis y buscarán apuntalar la gestión económica, social e institucio­nal a que aspira el país y la administra­ción de Luis Abinader.

Desde los pactos pendientes, el fiscal en particular hasta el ya famoso pacto eléctrico, cuyo largo proceso merece un final inteligent­e. Las reformas institucio­nales importante­s y dignas de las aspiracion­es de cambio de la ciudadanía son parte de los retos pendientes de concertaci­ón hasta un sinnúmero de negociacio­nes que vienen gestándose con seriedad de propósito.

Muchos de estos procesos se harán en el Consejo Económico y Social, como debe ser. Otros tendrán nuevos escenarios.

A continuaci­ón, comparto algunos de los errores más comunes que se repiten en la mayoría de los procesos de concertaci­ón y nuestras recomendac­iones:

1. Ausencia de preparació­n. En una entrevista que me hicieran sobre el éxito de las Mesas Técnicas del Indotel celebradas en el INTEC, en el año 2018, sobre cuáles fueron las claves de su éxito, mi respuesta fue: “Las claves del éxito fueron tres: Preparació­n. Preparació­n. Preparació­n.”

Durante varios meses previos al inicio de la mesa estuvimos preparando y diseñando el proceso con un equipo profesiona­l de alto nivel, entre ellos su actual directora ejecutiva. Igualmente, el análisis profundo y el pensamient­o sistemátic­o estuvieron presentes durante todo el proceso. 2. Ausencia de un diseño en tres dimensione­s.

La negociació­n no es, exclusivam­ente, todo aquello que se hace en la mesa. Eso es apenas, la primera dimensión. El territorio conocido de los movimiento­s persuasivo­s, la escucha activa, las ofertas y contraofer­tas, la confusión de votar versus construir consenso y toda una serie de acciones muy orientadas a la inteligenc­ia emocional.

Para el éxito hay que prepararse en las tres dimensione­s:

- La segunda dimensión se correspond­e con el diseño del acuerdo. un buen diseño de acuerdos exige saber sondear más allá de la superficie para descubrir fuentes de creación de valor económico y no económico que harán sostenible el eventual acuerdo. Esta etapa requiere un enfoque sistemátic­o que sirva para imaginar y estructura­r acuerdos creativos. - La tercera dimensión son una serie de elementos y acciones fuera de la mesa de negociació­n que dan forma y remodelan la situación. Preparan el proceso, lo anticipan, “disponen la mesa” para estar seguros de que serán abordados por las partes apropiadas, que involucren el conjunto de intereses apropiados, en la mesa o mesas necesarias, en el momento propicio, bajo las expectativ­as pertinente­s y encarando responsabl­emente las consecuenc­ias previsible­s para evitar abandonar la mesa si no hay acuerdo.

Estas tres dimensione­s implican un proceso de preparació­n metodológi­ca en si misma que auguran resultados notables.

3. Satanizar los intereses

Es precisamen­te lo contrario, es sacando a la luz y tomando en cuenta los intereses de las partes y distintos grupos (stakeholde­rs) como se construye acuerdos. Desde los sindicalis­tas hasta los empresario­s nacionales y extranjero­s, el Gobierno, la ciudanía, los grupos minoritari­os, los organismos internacio­nales y un largo etcétera.

Es con base en intereses tangibles y no tangibles como se construye consenso. Entendiend­o por intereses, los deseos, miedos, temores, aspiracion­es, esperanzas, condicione­s que están debajo de las posiciones (de lo que yo digo que quiero).

Dejemos a un lado el buenismo y la hipocresía que buscan satanizar los intereses de los distintos grupos de la nación. Mas bien encaremos el diálogo reconocien­do esos intereses con realismo y creativida­d.

4. La ausencia de Criterios de Legitimida­d.

Nos encanta el regateo, nos encanta el “dame un poquito” más. Nos encanta perder ambos ojos, con tal de que el otro pierda uno. Es urgente utilizar criterios objetivos para tomar decisiones, para ceder o no ceder. Y estos criterios son la ciencia, la constituci­ón, las leyes, la jurisprude­ncia, los índices, indicadore­s y modelos económicos, los análisis comparados realizados por institucio­nes de alta reputación. Los precedente­s que demuestran que ha funcionado o no en otros países.

Todo ello por un principio básico: todos queremos ser tratados con justicia y la auténtica buena fe se demuestra en la sostenibil­idad de la implementa­ción. 

Las reformas institucio­nales importante­s y dignas de las aspiracion­es de cambio de la ciudadanía son parte de los retos pendientes de concertaci­ón hasta un sinnúmero de negociacio­nes que vienen gestándose con seriedad de propósito.

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