Diario Libre (Republica Dominicana)
Nunca como ahora
Gustavo Volmar
El incremento en el trabajo remoto y las transacciones en línea que la pandemia provocó, fue una bonanza para suplidores de programas, operadores de tarjetas de crédito, vendedores por internet y compañías de entrega a domicilio. También fue una gran oportunidad que los hackers cibernéticos no iban a desperdiciar.
Según las más recientes estadísticas, el número de ataques cibernéticos ha aumentado en un 600% debido a la pandemia. Ese porcentaje es tan alto que nos puede lucir exagerado, y es posible que lo sea, dado que muchas de las cifras a ese respecto provienen de empresas dedicadas a proveer sistemas de seguridad informática, lo que es una motivación para crearse mercado alarmando a los potenciales usuarios. A pesar de eso, no obstante, parece que el aumento fue muy significativo.
La presunta entrada de gobiernos y organizaciones en la realización de ataques cibernéticos ha alterado el escenario de las incursiones informáticas.
Los delincuentes individuales usualmente buscan ganar dinero, salvo unas cuantas personas interesadas en probar su destreza, causar daños indiscriminados, o bloquear operaciones a las que se oponen. Es probable en esos casos que los afectados se enteren de que sus equipos han sido comprometidos.
Los ataques perpetrados por estados y asociaciones criminales persiguen recabar informaciones, monitorear actividades, alterar bases de datos y dislocar mecanismos de respuesta. Suelen alcanzar mejor sus propósitos si los afectados no se percatan de lo que ha ocurrido.
Un ejemplo fue el ataque efectuado a los usuarios de los programas suplidos por la empresa Solarwinds y descubierto el pasado diciembre. Podría haber afectado a 18,000 compañías y agencias gubernamentales y se estima que tomará meses identificar a todas las víctimas. El presidente de Microsoft lo describió como el mayor y más sofisticado ataque que el mundo haya visto, y señaló que por lo menos mil ingenieros trabajaron en su preparación y ejecución.