Diario Libre (Republica Dominicana)
Los muchos avatares de la necesaria ley de protección integral a las mujeres
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Por segunda vez en su mandato de seis meses, el presidente Luis Abinader habló el pasado 27 de febrero sobre su determinación de ejecutar políticas públicas que contribuyan con la erradicación de la violencia de género. Un propósito de largo plazo porque, como demuestran el análisis teórico y la experiencia empírica más allá de todo optimismo, esta violencia tiene un componente sociocultural que impide hacer vaticinios sobre su desaparición en el futuro cercano.
En su discurso de rendición de cuentas, el mandatario retomó los temas sobre los que ya había hablado el 22 de septiembre del pasado año y que no han perdido pertinencia: la intolerancia frente a los feminicidios, el aumento en el número de casas de acogida, la ayuda económica a las víctimas económicamente vulnerables y la especialización en violencia género de una unidad policial. Pero esta vez anunció uno de particular relevancia por su naturaleza y alcance: el envío al Congreso de un proyecto de ley orgánica integral para combatir la violencia de género.
El propósito no es ajeno al ámbito legislativo. Hace alrededor de ocho años, el senador Félix Bautista introdujo un proyecto que, en términos formales, reivindica la integralidad de políticas estatales para enfrentar la violencia de género. Un proyecto frente al cual las feministas reaccionaron por considerarlo un caramelo envenenado: bien visto, representa un claro retroceso en los avances sociales e institucionales de las mujeres.
Aprobada en seis ocasiones en el Senado y perimida en cinco en la Cámara de Diputados, la iniciativa de Bautista fue primero consensuada con los grupos de mujeres, y posteriormente modificada en aspectos nodales para una política efectiva de prevención y protección de las víctimas. Entre ellos, la centralidad de lo punitivo y el papel protagonista de la Procuraduría General de la República en la prevención de la violencia de género, reduciendo a un lugar secundario al Ministerio de la Mujer.