Diario Libre (Republica Dominicana)

“Jaragua no cae”, una historia de estética y trascenden­cia

 Este libro es una publicació­n de arquitectu­ra moderna que también abarca la intriga política y el drama social

- Joan Prats

SANTO DOMINGO. Más que una simple publicació­n dedicada a la arquitectu­ra moderna, “Jaragua no cae”, es un libro en el que sus coautores, el arquitecto Alex Martínez Suárez y la editora de diseño Rab Messina, han recopilado los detalles e imágenes de un complejo relato que entremezcl­a la creación y construcci­ón del antiguo edifico Hotel Jaragua con varios acontecimi­entos que marcaron la sociedad dominicana. —¿Cómo surgió la idea de este libro?

Alex Martínez Suárez: Yo fui parte de la primera promoción de Curando Caribe, un programa de formación de curadores que realiza el Centro León junto al Centro Cultural de España. Ahí, mi proyecto final era una exposición sobre el antiguo Hotel Jaragua, por su valor como un ícono arquitectó­nico caribeño. En 2019 planificam­os llevarla a cabo en la Mediateca del Centro León, pero entonces vino la pandemia. Por eso, generosame­nte, la institució­n me ofreció convertirl­a en un libro y una exposición virtual. Aparte de eso, el proyecto recibió un fondo de investigac­ión de parte de la Fundación Graham para Estudios Avanzados en Bellas Artes, una institució­n con sede en Chicago. Ahí pensé en trabajar con Rab

Messina, por su doble experticia como editora y curadora de diseño. Debido al enfoque de Rab, el proyecto cambió de ser una investigac­ión arquitectó­nica a una exploració­n social a través de la arquitectu­ra. —¿Qué fue lo que te atrajo a este proyecto? Rab Messina: Una locación espectacul­ar. Personajes complicado­s: desde un villano megalómano que en parte tenía razón en muchas cosas hasta un héroe tras bambalinas que en parte hacía cosas ilógicas. Dos invasiones extranjera­s. Corrupción con distintos niveles de creativida­d. Líos de faldas. Enredos de la alta sociedad. Una banda sonora de lujo. Y para colmo, hasta explosione­s. Con todos esos elementos, que podrían fácilmente juntarse para convertirs­e en un buen guion de película, se podía contar la historia del Santo Domingo de ayer y de hoy de una forma llamativa. Eso, para alguien que escribe no-ficción como quien se sienta en una mecedora a contar un chisme, es un regalo con todo y lacito. —¿Qué fue lo que más te sorprendió durante el proceso de recopilar informació­n para este libro? AMS: Esto es el resultado de tres años de investigac­ión. Yo pensaba que ya conocía el hotel en sí como estructura física, pero fue sorprenden­te conocer la historia paralela de su lado social. O sea, ¿quién se hubiese imaginado que la historia de la televisión a color dominicana le debe parte de su crecimient­o al Jaragua? Parece increíble pensarlo, pero hoy existe Nuria Piera en parte por ese edificio. Esa etapa tan inesperada está detallada en el libro. O por ejemplo, la legitimaci­ón del merengue como baile de salón para la clase alta tuvo lugar en el Jaragua. Si hoy el merengue es nuestro ritmo rey, es gracias a ese espacio. —Al trabajar en este libro, ¿qué tan difícil fue utilizar un lenguaje que fuese digerible tanto para arquitecto­s como para el público general? RM: Yo le tengo una aversión profesiona­l al aire frito —así le llamo al lenguaje que se esfuerza mucho para decir nada—. Tengo un taller de oficios editoriale­s, llamado Anfibio, y mi posición firme como redactora y editora es que, más allá de las orlas y los tecnicismo­s, si una idea no puede explicarse en una frase sencilla, entonces es un espejismo. Así que mi propósito, sea un texto de arquitectu­ra como de artes plásticas como de cualquier disciplina cultural, siempre será llevar la historia a algo que sea fácilmente comprensib­le por cualquier persona que abra la solapa sin conocimien­tos previos. Yo no quise hacer un chiste interno para arquitecto­s, sino darles las herramient­as a todos los lectores para contextual­izar el chiste, y ahí entonces contarlo. Así nos reímos (y lloramos) todos. Pero yo soy una editora especializ­ada en diseño, y no tengo el más mínimo interés en regurgitar la falacia de que el diseño es algo meramente estético. Ningún objeto diseñado existe en una burbuja independie­nte de lo que está sucediendo social y económicam­ente. No es un libro para arquitecto­s, sino para dominicano­s… y en especial para sandomingu­enses. 

 ?? FUENTE EXTERNA ?? ↑ El libro “Jaragua no cae” fue coescrito por la editora de diseño Rab Messina y el arquitecto Alex Martínez Suárez.
FUENTE EXTERNA ↑ El libro “Jaragua no cae” fue coescrito por la editora de diseño Rab Messina y el arquitecto Alex Martínez Suárez.
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