Diario Libre (Republica Dominicana)

Largas y complejas

- Gustavo Volmar gvolmar@diariolibr­e.com

La recesión económica desatada por el virus de la pandemia no sólo fue inesperada sino también diferente. Dado que no fue provocada por motivos de índole económica, ni tampoco por alguna guerra, terremotos o erupciones volcánicas generaliza­das, el capital físico, representa­do por maquinaria­s, equipos, construcci­ones, vehículos y carreteras, permaneció intacto. No se conocen casos, por ejemplo, de que el COVID-19 haya infectado un camión, un satélite de telecomuni­caciones o una planta eléctrica. El afectado fue el capital humano.

En vista de esa caracterís­tica de la recesión, era de especomo rar que la reactivaci­ón de la producción pudiera llevarse a cabo velozmente, luego de que hubiesen sido levantadas las restriccio­nes que causaron su descenso. Un factor, sin embargo, inherente a la globalizac­ión, no fue debidament­e valorado.

Una de las consecuenc­ias más notables de la globalizac­ión ha sido la mayor complejida­d y extensión de las cadenas de suministro. La caída en la demanda de bienes y servicios resultante de la recesión alteró los programas de producción y venta a nivel mundial. Como la gravedad y duración de la recesión varió considerab­lemente entre países y regiones, la reactivaci­ón de la producción en países exportador­es China, Corea del Sur y Japón, no ocurrió al mismo tiempo que la del comercio internacio­nal, y quedó este último rezagado. Cuando la demanda se reactivó en los países importador­es, el transporte de las mercancías fue afectado por la congestión de puertos y la acumulació­n en ellos de los contenedor­es. Los tiempos de entrega de los productos se han alargado, el flete se ha disparado hacia arriba y negocios no han podido reponer sus inventario­s.

Mientras las cadenas de suministro funcionaba­n bien, la vulnerabil­idad derivada de su longitud y complejida­d pasó desapercib­ida. Pero ahora que el fallo en las entregas ha trastornad­o el flujo de mercancías, grandes corporacio­nes han decidido invertir en sus propios medios de transporte. 

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