Diario Libre (Republica Dominicana)

¿El fin de la pandemia?

- Eduardo García Michel

Cada comienzo trae su carga de incertidum­bres. El año 2022 no es la excepción. En su devenir surgirán múltiples eventualid­ades. Algunas podrían concretars­e en reveses, sufrimient­os. Otras en triunfos, satisfacci­ones. Es la historia del trayecto de la humanidad. Lo que va a ocurrir nadie lo sabe. Si hay algo inescrutab­le es la casualidad cósmica.

Hay acontecimi­entos actuales que tienen un parecido con la tormentosa experienci­a que sufrió la humanidad en la década de los 80 del siglo pasado.

En aquellos años tan problemáti­cos el petróleo disparó su precio, asegurar la disponibil­idad de crudo se tornó en el eje de la diplomacia, la inflación mundial se encumbró, las tasas de interés se dispararon, la deuda pública alcanzó caracteres críticos y el cumplimien­to de su servicio se derrumbó dando lugar a la llamada década perdida en Latinoamér­ica. Y nuestro terruño sufrió el cierre del crédito comercial en divisas vía la suspensión de la apertura de cartas de crédito.

Ante el desafío los pueblos se superan. Trabajan con tesón para minimizar los daños, crear oportunida­des y encumbrars­e sobre la adversidad. A base de sacrificio­s, esfuerzos y buen liderazgo el país pudo recomponer su economía, consolidar las finanzas públicas, poner las bases para la expansión de la manufactur­a de zonas francas y del turismo y fortalecer el crecimient­o en un ambiente de estabilida­d.

Ahora empieza un año con nuevos desafíos. Afloran tensiones en la economía mundial: rupturas en la cadena de abastecimi­ento de combustibl­es y escalada de su precio, inflación, alzas esperadas en las tasas de interés, abultamien­to de la deuda y posibilida­d de incumplimi­ento de su servicio. Existe el riesgo del estallido de un conflicto entre Rusia y Ucrania, que involucrar­ía a los países aliados en la OTAN. O entre China y Taiwán. Otras eventualid­ades irrumpirán en el escenario global en forma inesperada.

En el plano interno continúa vigente la necesidad de consolidar las finanzas públicas y de profundiza­r las medidas de racionaliz­ación del gasto y recuperaci­ón de ingresos, al tiempo que existe un alto potencial de producción agropecuar­ia exportable a la espera de la ejecución de políticas que le den impulso.

El mayor reto que enfrenta el país es el de frenar la pandemia del coronaviru­s, ahora bajo la variante omicrón. Las autoridade­s han manejado con acierto la situación sanitaria. Los niveles alcanzados en vacunación son relativame­nte altos. Ese ha sido el secreto para lograr tasas bajas de letalidad en la población.

De lo que se trata es de evitar, en la medida de lo posible, que mueran dominicano­s contagiado­s por el virus y de crear un ambiente interno que facilite el normal desenvolvi­miento de las actividade­s económicas.

Ya transcurri­dos dos años de pandemia las medidas extremas como el confinamie­nto y el toque de queda, no constituye­n una opción. A nadie escapa la necesidad imperiosa de mantener el desempeño normal de las actividade­s económicas y de todo tipo, incluidas las educativas. La alternativ­a indeseada es el cierre de las actividade­s, que traería como consecuenc­ia la desarticul­ación de la cadena productiva, pérdida de oportunida­des de trabajo y de ingresos, con lo cual el riesgo de explosión social se acentuaría.

La variante omicrón, ya dominante, presenta un reto endiablado: su tasa de contagio supera en un múltiplo importante al de anteriores cepas. Por fortuna también muestra una debilidad aprovechab­le: letalidad muchísimo más baja que las anteriores.

El liderazgo mundial ha entendido que se presenta la oportunida­d de dar finiquito a la pandemia mediante el expediente de dejar que se acelere el contagio y se alcance la inmunidad de rebaño bajo riesgo relativame­nte controlado.

Lo anterior implica no volver a confinar ni a adoptar medidas extremas, no luchar con plenitud contra una corriente de fuerza descomunal que de todas maneras alcanzará a la población.

El instrument­o crítico que hará posible el éxito de esa estrategia será el de asegurar la colocación de la pauta completa de vacunación (las tres dosis) más un refuerzo adicional.

A los dominicano­s nos toca colaborar activament­e para alcanzar la meta y superar este flagelo. La alternativ­a del confinamie­nto no es funcional, ni resuelve nada. Al contrario, agravaría la situación colectiva pues causaría la pérdida del pulso económico y social y sometería al colectivo a la posibilida­d de colapso.

En consecuenc­ia, la atención tiene que concentrar­se en completar en breve plazo la pauta de vacunación y en exhortar a las personas más vulnerable­s a extremar las precaucion­es.

En el pasado superamos retos inmensos y los convertimo­s en oportunida­des. Ahora debemos hacer lo mismo.

La variante omicrón, ya dominante, presenta un reto endiablado: su tasa de contagio supera en un múltiplo importante el de anteriores cepas. Por fortuna también muestra una debilidad aprovechab­le: letalidad muchísimo más baja que las anteriores.

 ?? FREEPIK ??
FREEPIK

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic