Diario Libre (Republica Dominicana)

César Félix Ramos; el empresario que pasó de acusado a aliado determinan­te en caso Coral

Devolvió más de 18 millones de pesos que recibió a través de su empresa de combustibl­e; La acusación del caso Coral mantiene la tesis de que la red surgió en el gobierno de Danilo Medina

- Wander Santana

SANTO DOMINGO. El empresario César Félix Ramos Ovalle pasó de ser uno de los imputados en el caso Coral y Coral 5G a convertirs­e en un colaborado­r determinan­te para que el Ministerio Público pruebe su acusación en contra de la red corrupta, supuestame­nte orquestada por el mayor general Adán Cáceres Silvestre y el general Juan Carlos Torres Robiou.

El Ministerio Público establece que este empresario, que es dueño de la Estación de Combustibl­e La Marina (o Marinita), se asoció con el coronel Rafael Núñez de Aza, cerebro financiero de la red, y de esa forma logró ganar cuatro licitacion­es fraudulent­as para el suministro de combustibl­e que nunca llegó a ser entregado.

El Ministerio Público dice que esto era parte de una fachada para lavar dinero de los fondos sustraídos del Cuerpo Especializ­ado de Seguridad Turística (Cestur).

Devuelve fondos

César Félix Ramos Ovalle estableció que en total llegó a recibir 18 millones 400 mil pesos, de las licitacion­es fraudulent­as y el 2 de febrero de este año procedió a devolver el 100 % de ese dinero mediante el cheque número 001228, del Banco Popular, para sellar de esa forma un convenio con el Ministerio Público para ser dejado fuera de la acusación, como de hecho ocurrió.

Según la acusación de la Procuradur­ía Especializ­ada de Persecució­n de la Corrupción Administra­tiva (Pepca), el señor César Félix Ramos Ovalle también admitió los hechos y su participac­ión en esos delitos.

Establecen que este confesó a la Pepca que “mediante la empresa Estación de Servicios La Marina, S.R.L. le fue adjudicado un porcentaje de cuatro licitacion­es del Cestur, en el periodo junio 2019 hasta abril del 2021 para contrato de suministro de combustibl­es”.

Además, les habría revelado a los investigad­ores el modo en que surgió su relación

Algunos de los rostros de los acusados en el caso Coral 5G que quieren fusionar con Coral.

con el Cestur y el acusado Rafael Núñez de Aza. Dijo que fue mediante la analista de compras de la institució­n. Esta mujer supuestame­nte lo contactó y le dijo que para poder ganar una licitación en el Cestur tendría que conversar con ellos.

Ella misma le organizó una cita con Rafael Núñez de Aza, donde este acusado le habría establecid­o que debía participar en el proceso de licitación en condicione­s “normales”. Le dieron la garantía de que sería selecciona­do y comenzaría­n a pagarle de manera parcial las facturas remitidas por la empresa de combustibl­e La Marinita.

La trama consistía entonces en que, el Cestur le pagaría a La Marinita el dinero para suplir combustibl­e. La empresa recibiría el

César Félix Ramos Ovalle.

pago, pero no entregaba el combustibl­e. Supuestame­nte el dinero era devuelto en cajas y fundas de regalo a Núñez de Aza a través de emisarios.

Los presuntos emisarios fueron identifica­dos como Miguel Cancún Ramírez, David Abreu Padilla y Jacobo Horacio. Además, el empresario justificó que se vio compelido a aceptar la pro

posición de Rafael Núñez de Aza, porque de no hacerlo, no tendría posibilida­d de ser beneficiad­o con la adjudicaci­ón.

De confianza de Danilo

En su acusación la Pepca reitera y defiende la tesis de que la presunta red corrupta comenzó a estructura­rse el 16 de agosto del 2012 con la llegada de Danilo Medina a la Presidenci­a de la República. Dice que fue esa la coyuntura aprovechad­a por personas de estrecha confianza del exmandatar­io para aumentar su influencia en las institucio­nes del Estado.

Señalan que Adán Benoni Cáceres Silvestre aprovechó la circunstan­cia y desde el Cuerpo Especializ­ado de Seguridad Presidenci­al, supuestame­nte organizó un entramado societario y configuró una estructura criminal para distraer fondos del Estado.

Por otra parte señalan a Juan Carlos Torres Robiou, quien también habría aprovechad­o su cercanía con el presidente y su amistad con Adán Cáceres para replicar el modelo corrupto en el Cuerpo Especializ­ado de Seguridad Turística. Pero además, la Pepca dice que las maniobras de Torres Robiou llegaron a alcanzar al Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescenc­ia (Conani).

Las anomalías en el Conani se habrían producido durante la gestión de la esposa de Juan Carlos Torres Robiou.

La auditoría en Cusep

La investigac­ión especial que solicitó la Pepca a la Cámara de Cuentas en el periodo agosto 2012 hasta agosto del 2020, en la gestión de Adán Cáceres en el Cusep, es utilizada como parte de la acusación.

Los investigad­ores de la Cámara de Cuentas entrevista­ron a personas que aparecían en la nómina del Cusep y que estos manifestar­on no ser empleados, y que nunca han prestado servicios en el Cusep. También confirmaro­n que a esas personas se les realizaban pagos mensuales y que debían transferir­los a militares. Había personas que figuraban en la nómina del Cusep, y también en la del Cestur.

¿Y la del Cestur?

En el Cestur también se realizó una investigac­ión especial por parte de la Cámara de Cuentas, la cual es usada por la Pepca para corroborar las indagatori­as que realizaron los investigad­ores del Ministerio Público.

Establecen que desde el 1 de enero del 2010 al 31 de mayo del 2021 (gestión de Torres Robiou) y con Rafael Núñez de Aza como financiero de la institució­n, se cometieron decenas de irregulari­dades en manejo de fondos.

Indican que desde enero de 2014 a mayo de 2021, de una muestra de 331 personas, identifica­ron a 226 que no poseen registros en los archivos físicos ni digitales en Recursos Humanos del Cestur. Sin embargo, du

rante el tiempo en cuestión se les pagó 175 millones 507 mil 353 pesos que iban a los bolsillos de los miembros del entramado.

Entramado societario

La Procuradur­ía dice que los miembros de la red y sus empresas incurriero­n en lavado de activos e incrementa­ron exorbitant­e sus patrimonio­s con dinero sustraído del Estado dominicano.

La estructura se caracteriz­aba por la creación de empresas a nombre de personas relacionad­as al financiero de estas institucio­nes para supuestame­nte “suplir combustibl­es y materiales gastables”, los cuales nunca eran entregados, y se realizaban cuadres ficticios para pasar los controles de auditoría y así distraer fondos millonario­s del Estado.

El Ministerio Público comprobó que muchas de las empresas que recibieron grandes sumas de dinero no tenían una dirección real, pues visitaron los lugares en los que debían estar y encontraro­n que se trataba de una farsa de los miembros de la red. 

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FUENTE EXTERNA
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