Ahora ya lo sabemos

Todavía no se saben los motivos que llevaron a Miguel Cruz a asesinar a sangre fría a Orlando Jorge Mera. Lo que sí está claro es que la población ha entendido que es muy factible que por un permiso ambiental hay gente dispuesta a matar.

No es un tema sencillo ni es nuevo. En Diario Libre la información ambiental ha sido un eje que ha marcado nuestra línea editorial de manera muy robusta. Y sí, hemos comprobado a lo largo de los años que por un permiso para extraer materiales de los ríos, para esquivar controles en el tráfico de carbón o de guaconejo en la frontera, para escapar a las sanciones por mutilar manglares o sembrar en zonas protegidas... hay gente capaz de todo. Hasta para pescar y exportar angulas se organizaron mafias y se “eliminaron” posibles competencias.

Si había alguien dentro del ministerio que otorgaba permisos ambientales a cambio de dinero... se sabrá. Si el asesino reclamaba un permiso para sí mismo y le fue denegado... se sabrá. Si Orlando Jorge Mera pensaba dejar el puesto... se sabrá. Por ahora los rumores alimentan oscuras tramas que se propagan precisamente porque suenan verídicas. Porque las creemos posibles.

La tragedia de lo ocurrido tiene dos caras. La del dolor inmenso de sus familiares y amigos y la de la cruda realidad: por temas ambientales hay gente dispuesta a matar, de la misma forma que hay personas que entregan la vida por cuidarlos. En ese punto estamos.

No parecía posible. El asesinato de un ministro en su propio despacho, en un país en el que los funcionarios normalmente se mueven con un aparataje exagerado de escoltas, secretarios y personal de comunicación.

Nadie podía prever que el Ministerio de Medio Ambiente tuviera tanto peligro. Pero ahora ya lo sabemos. 