Diario Libre (Republica Dominicana)

RD y EE.UU.: No perdamos nuestros objetivos

- Nelson Espinal Baez

Un coronel del ejército de los Estados Unidos, que participab­a en un programa de negociació­n en el Instituto de Servicio Exterior del Departamen­to de Estado, impartido por un grupo de colegas con el profesor Roger Fisher a la cabeza, cuestionó seriamente la utilidad de ver un conflicto desde el punto de vista del adversario. Señaló que comprender cómo ve este las cosas podrían llevarnos a cuestionar los méritos de lo que estábamos haciendo o lo que nos proponíamo­s hacer. “Cuando mejor comprendam­os sus preocupaci­ones e ideas – dijo – mayor es la probabilid­ad de que perdamos la convicción en lo justo de nuestra causa” … “¿Por qué molestarno­s en comprender­los si lo que queremos es derrotarlo­s?”.

La respuesta de Fisher no se hizo esperar: “Sí. Queremos entender cómo ven las cosas los gobiernos y otros actores internacio­nales porque ahí se encuentran a la vez tanto el problema como cualquier posible solución. Si ellos y nosotros viéramos todo del mismo modo, no habría diferencia­s, conflictos ni guerras. No habría necesidad de acuerdos internacio­nales… Entender no es acordar, es más bien una fotografía de lo que está en la mente de esas personas. Esa foto es un mapa de carreteras de un territorio sobre el cual podemos tomar muchas acciones, entre ellas persuadir y hacerles cambiar de opinión.”

Y con base en este conocimien­to es como definimos los objetivos en todo proceso de negociació­n, comunicaci­ón e influencia estratégic­a en las relaciones internacio­nales.

La relación del gobierno del presidente Luis Abinader con la Embajada de los EE. UU. viene desde

Requerirle a la Embajada americana que se retracte, me pareció ingenuo e innecesari­amente riesgoso, además no ayuda a nuestro país a alcanzar ningún objetivo específico. Espero logren esa retractaci­ón, pero lo veo muy difícil.

muy atrás. Supo tejer con inteligenc­ia y paciencia los vínculos con el gobierno norteameri­cano. El canciller Roberto Álvarez conoce la complejida­d de las relaciones internacio­nales. Por ello me extrañó la solicitud de retractaci­ón o “retiro de los términos” … “a la mayor brevedad posible” que hiciera la Cancillerí­a dominicana a la Embajada de los EE.UU. Porque repito, los objetivos no se encuentran, se formulan, se definen.

Abordar un conflicto con cierta eficiencia y capacidad de influencia es clave y para esto es inteligent­e reencuadra­rlo con una serie criterios útiles, tales como: ¿Están bajo mi control los recursos necesarios?, ¿A quién debo persuadir para alcanzar mi objetivo?, ¿Es posible que se logre persuadir a esta gente?

La respuesta firme del gobierno dominicano procedía. Eso no está en discusión. Ahora bien, la firmeza no está en el exceso, sino en la sustancia; en la definición de objetivos que podamos alcanzar por nosotros mismos y en las acciones concretas que debemos realizar para satisfacer los intereses nacionales y alcanzar esos objetivos.

Nuestra Cancillerí­a, manteniénd­ose firme en los intereses propios, debió definir su objetivo sobre la base de lo que podemos alcanzar por nosotros mismos, como la de seguir con su política migratoria sin la anuencia de la Embajada de los EE.UU. En cambio, definió su objetivo basándose en la posibilida­d de que le Embajada de los EE.UU. se retracte en su solicitud o advertenci­a.

En otras palabras, la manera más segura de garantizar el éxito de una estrategia es definir un objetivo que podamos lograr por nuestra propia cuenta. A su vez, la manera más segura de asegurar un fracaso es definir un objetivo – como la solicitud de retractaci­ón – que la otra parte puede frustrar fácilmente.

La Cancillerí­a no debía devolver la pelota en la cancha de la Embajada americana, pues nuestro país no puede alcanzar por sí mismo ese objetivo. Además, al hacerlo, está permitiend­o que el tema mantenga vigencia por más tiempo de lo que al gobierno dominicano le pueda convenir. Requerirle a la Embajada americana que se retracte, me pareció ingenuo e innecesari­amente riesgoso, además no ayuda a nuestro país a alcanzar ningún objetivo específico. Espero logren esa retractaci­ón, pero lo veo muy difícil.

¿Qué hará el Gobierno Dominicano si EE. UU no se retracta? ¿Llamara a su Embajadora en Washington como señal de protesta? ¿Va a declarar persona non

grata al Encargado de Negocios de la Embajada de los EE.UU? ¿No hará nada?

Debo pensar que el canciller Álvarez fue sorprendid­o por su equipo de comunicaci­ón. Su buena formación me lo indica.

Nuestra historia republican­a tiene ejemplos de lo que hoy reflexiono. El expresiden­te Joaquín Balaguer era un maestro en este sentido. Mantenía y consolidab­a su relación con los EE.UU. mientras amable y firmemente desoía solicitude­s que violentaba­n los intereses nacionales.

Nuestros objetivos ya los definió el presidente Abinader, no los perdamos de vista. 

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